«Visión Estratégica», la mirada que construye puentes sólidos hacia el futuro de tu pyme.

En muchas ocasiones me he referido al problema, tan presente como incomprensible, del cortoplacismo presente en la mayoría de las mentes que dirigen pymes. Y no es, por cierto, una crítica maliciosa que busque señalar con el dedo a los profesionales de estas organizaciones. Todo lo contrario, es un análisis personal de lo que me he encontrado en estos años de ejercicio profesional y que, muy a mi pesar, sigo encontrándome.

 

Por otra parte, entiendo que muchos directivos y responsables de pymes estén aprisionados en el presente.

 

En los últimos años la palabra que definía el entorno en el que operan las empresas era «incertidumbre». Los enormes e impredecibles cambios que se dan en el mercado hacen tarea imposible cualquier planificación que mire más allá de unos pocos meses en el futuro.

 

Ahora mismo estamos en pleno apogeo de la Inteligencia Artificial, con todas sus derivadas e impactos en la cultura de la empresa, en los procesos, en la eclosión de nuevos roles y el nacimiento de inesperadas herramientas, pero, sobre todo, en el choque mental en las personas.

 

Pero tampoco podemos obviar los cambios en la percepción de la realidad que hay en las nuevas generaciones. Hábitos y valores nuevos que están trastocando todas las previsiones de los expertos en investigación social y de mercado.

 

«Vivimos un momento quizás histórico, donde lo que hoy parece sólido se vuelve fluido e inmanejable en poco tiempo».

 

El exceso de información la hace irrelevante, imposible de filtrar y procesar para convertirla en un conocimiento útil para tomar decisiones. Y, por si fuera poco, se están produciendo cambios profundos en la geopolítica, las relaciones internacionales y el medioambiente. Cada vez surgen más «cisnes negros», ya sea una pandemia, una crisis económica, un conflicto bélico o un desastre natural.

 

Por todo ello, la visión presentista en los negocios es cada vez más habitual. Como he señalado, algo incomprensible, pero de ningún modo deseable.

 

A pesar de luchar contra la imprevisibilidad, sigo pensando que la visión estratégica es hoy más necesaria que nunca. Vivir en un entorno «líquido» no debe hacernos olvidar que se necesita trazar una ruta conocida y compartida por toda la organización hacia el futuro que desea tener. No es posible navegar hacia el destino elegido sin mapas ni rutas que nos lleven a él.

 

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¿Qué es la Visión Estratégica y porqué es necesaria?

El término «visión estratégica» responde a las preguntas vitales de la organización, las que dan sentido a su existencia y a su encaje en el mercado y la sociedad en la que está.

 

▶️ ¿Qué empresa soy?

▶️ ¿Por qué existo?

▶️ ¿Qué aporto a la sociedad?

▶️ ¿Cómo encajo en el mercado?

▶️ ¿Qué necesito para tener buena salud?

▶️ ¿Dónde estoy ahora y donde tengo que estar en el futuro?

▶️ …

 

 

Estas trascedentes preguntas – y otras más – son las que permiten al directivo y profesional de la pyme superar la incertidumbre del presente y dar consistencia lo que realmente es y será su empresa en los próximos años.

 

La visión estratégica separa la incertidumbre en la que vive la organización y eleva el pensamiento a otro nivel, uno en el que, más allá de los cambios que puedan surgir, observa su propio negocio desde más arriba, con perspectiva y sin las ataduras del presente.

 

No es un ejercicio fácil, quizás por eso no es habitual que conviva en las pymes. Las organizaciones de más tamaño sí la tienen presente en sus estrategias empresariales, es más, tienen a profesionales formados en el pensamiento estratégico. Lo que las distingue de las pymes es, precisamente, que ya saben qué empresa serán en los próximos años, al menos en sus grandes líneas.

 

Otra característica de las empresas con visión estratégica es que han sido capaces de romper los silos habituales entre departamentos, empezando por la propia área estratégica. Tienen una visión compartida, alineada y comprometida. Todos saben a dónde van y el camino que tienen que recorrer.

 

Saben qué empresa son y qué empresa serán.

 

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El camino hacia la Visión Estratégica.

 

«Sin una visión estratégica solo tienes un producto que, tarde o temprano, perecerá».

 

Tomando como referencia las buenas prácticas de estas empresas, cualquier pyme puede – y debe – incorporar la visión estratégica en su negocio.

 

Un primer paso es intentar superar los problemas del presente -no cerrar los ojos a ellos sino ver por encima de estos – y hacerse las preguntas adecuadas, como las que he señalado.

 

A partir de las respuestas que demos, tenemos que construir las etapas o hitos relevantes que nuestra pyme tiene que ir alcanzando, haciendo el proceso de forma colaborativa con todas las personas de la empresa.

 

Los problemas del día a día, la incertidumbre y la imprevisibilidad no van a desaparecer, seguirán ahí. La diferencia es que ahora podemos incorporar o no, adaptar o no esos cambios conforme lo que nos haya dictaminado la visión estratégica.

 

Y un último apunte. La propia visión tampoco será algo escrito sobre piedra, inalterable y permanente. Tendremos que aceptar que puede ir modificándose en el tiempo, quizás no cada meses, pero sí en algún momento.

 

La visión estratégica, una vez que entra en la organización y se asienta en su cultura ayuda a mitigar las resistencias al cambio, ilumina el camino que va a recorrer la empresa y ofrece una referencia clara y predecible para todas las personas que la comparten.

 

Merece la pena darle la bienvenida.

 

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