Acabo de leer un excelente artículo (*) de Richard K. Lochridge, experto en estrategia de negocio, en el que habla del poder de la intuición en el marco empresarial como palanca para crear valor en la organización y, consecuentemente, generar crecimiento. A lo largo del artículo, titulado de forma muy expresiva “Libera la intuición”, Richard deja claro que todas las empresas tienen la capacidad para aprovechar el potencial intuitivo de sus equipos, eso sí, siempre que la meta que se proponga la organización -nivel de innovación- sea comparable a la amplitud de la perspectiva individual de las personas. En otras palabras, no se conseguirá una pyme muy innovadora si las personas que tienen que llevarlo a cabo no adquieren un compromiso de nivel equivalente.
Una de las conclusiones más importantes del artículo es que deja claro que la utilización de la intuición como herramienta estratégica, lejos de ser un proceso individual y espontáneo, exige un método concreto para su desarrollo que, si no implica a toda la estructura organizativa, está condenado al fracaso la mayoría de las veces.
El flujo de la información, la colaboración y la comunicación.
No se podrá acometer un proceso de creación de valor basado en la intuición si previamente no se han creado los canales apropiados para que las personas puedan acceder a la información relevante y contribuir a ese conocimiento con sus propias aportaciones. Una tarea que tiene que ser liderada por la dirección general.
Y también la comunicación entre los diferentes niveles de la organización deber ser fluida y en ambos sentidos. En este aspecto, Richard destaca la ventaja que tienen las empresas de menor tamaño frente a las grandes. Una organización con cientos o miles de empleados tendrá más dificultad para gestionar una comunicación fluida y rápida, que una más pequeña, donde las líneas comunicativas son más cortas. Según Richard, “para dar libertad a la intuición en una gran empresa, la gerencia tiene que ir más lejos y no limitarse a identificar a las personas que tienen aptitudes creativas, sino desarrollar formas de interrelación entre ellas”.
Cinco componentes clave para generar valor a través de la intuición.
Según Richard Lochridge, existen cinco elementos clave que son necesarios para que una estrategia empresarial basada en la intuición y en la creatividad tenga éxito. Son cinco componentes que tienen que ser compartidos por todos los niveles funcionales de la organización para que la producción de predicciones sea eficaz.
El mapa del mercado.
Es necesario conocer no solo el tamaño del mercado en que compite la organización, y su posible evolución, sino también los segmentos en los que se divide y la lógica que subyace en cada segmento. Si combinamos el mapa del mercado con los valores de nuestros clientes tendremos más capacidad de predicción sobre la evolución futura de ambos.
Los valores el cliente
Detectar qué es lo que realmente necesitan los clientes es bastante complejo. Muchas veces, ni los propios clientes saben lo que desean. El reto para las organizaciones es combinar las necesidades actuales de los clientes con la posible evolución tecnológica de productos y procesos. De este análisis se puede predecir la posible evolución de los valores de los clientes y adaptar nuestra oferta a los mismos.
El cambio tecnológico y la economía empresarial
Se refiere a la estructura actual de los costes de la organización. Si predecimos hacia donde evolucionará la tecnología, podemos predecir una nueva estructura de costes y aplicarla a nuestra cadena de valor. Una nueva maquinaria puede reducir el coste de fabricación de los productos o un software CRM puede contribuir a conocer e interactuar de forma más efectiva con nuestros clientes.
El enfoque en los competidores
Si combinamos la información de nuestros competidores en el sector con nuestra estructura económica podemos extrapolar cual será la evolución de nuestra ventaja competitiva. ¿Seremos capaces de mantener o mejorar esta ventaja en el futuro? Ello dependerá también de la capacidad de ser más creativos e intuitivos que los competidores, adelantarnos a ellos y posicionarnos los primeros.
“La mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional, un leal siervo, pero nuestra sociedad actual honra al siervo y se olvida por completo del regalo”. (Albert Einstein)
El proceso intuitivo: de las predicciones a los planes y resultados.
El esquema que propone Richard para el proceso completo en la organización consta de cinco fases:
- Componentes Clave, que combinados entre ellos conducen a las
- Predicciones, que combinadas dan lugar a las
- Intuiciones, que a su vez se convierten en
- Planes, que dan finalmente como resultado la
- Innovación estratégica.
La fase clave es pasar de las predicciones basadas en los componentes analizados a las intuiciones. Se trata de responder a estas preguntas:
¿Pueden crearse nuevos segmentos?
¿Puede transformarse nuestra ventaja competitiva?
¿Podemos cambiar la estructura del sector donde competimos?
…
Conseguir implementar una estrategia innovadora basada en la intuición no es fácil, requiere compromiso y un esfuerzo conjunto de toda la organización, pero los frutos obtenidos pueden ser muy valiosos para el crecimiento futuro.
“La mayoría de las organizaciones pueden liberar una enorme cantidad de su capacidad creativa. El hecho de que haya demasiadas organizaciones que no son tan innovadoras como debieran significa que se gastan las energías creativas de una manera cara e ineficiente, confiando más en la intuición individual que en la organización”.
La intuición estratégica está presente en grandes y pequeñas empresas
Muchas empresas han dado un salto cualitativo notable en su posición en el mercado gracias al poder de la intuición, eso sí, siguiendo una metodología alineada con su estrategia y valores en la que participaron muchas áreas funcionales.
Una de las empresas que en su día lanzó un nuevo producto revolucionario fue Kellogg´s, al lanzar hace más de cien años unos copos de maíz tostados. La intuición de los hermanos Kellogs al pensar en un desayuno saludable para las personas hizo posible la gran organización que es hoy en los cinco continentes.
Google se dio cuenta, analizando las necesidades de los usuarios de internet, de que la búsqueda de información era un problema no resuelto. El famoso buscador es hoy el líder indiscutible en el mundo, y sigue utilizando la intuición para ampliar sus productos y servicios consiguiendo tener actualmente un extenso ecosistema de servicios para el usuario.
Sin ir muy lejos, también tenemos excelentes ejemplos de empresas más pequeñas que han conseguido adelantarse a la competencia haciendo buenas sus predicciones sobre el mercado y el comportamiento de los clientes. La empresa centenaria Martinez Somalo, especializada en embutidos, tiene en el mercado productos tan innovadores como el confeti o las perlas de confeti de jamón. Un gran ejemplo de cómo adelantarse a la competencia imaginando el comportamiento futuro de los clientes.
O la firma Wetaka, especializada en servir comida a domicilio cocinada como en casa, fundada por Andrés Casal y Efrén Álvarez, dos jóvenes emprendedores que empezaron en 2014 con unos 1000 pedidos y hoy están cerca de los 100000. Y Kolotrip, creada por Iván González, que ofrece una plataforma para la reserva de viajes en bicicleta por España. BNC10 por su parte, liderada por Albert Llorens, está cambiando el sector financiero con una propuesta muy innovadora y totalmente digital dirigida sobre todo a los millennials.
Todos ellos tienen en común la creación de nuevos segmentos de mercados, que antes estaban dispersos o que no existían, han generado una nueva ventaja competitiva o han redefinido un sector ya existente. Y todo gracias a una capacidad de reflexión intuitiva que está en la base de su éxito como empresas.
Desgraciadamente, en nuestro país, según los últimos datos, solo 4 de cada 1000 empresas realizan procesos innovadores. No se debe a no querer avanzar con nuevos mercados o productos, sino de considerar la intuición y la innovación consecuente como algo que no está al alcance de la mayoría de las pymes. Pero, como hemos visto, muchos emprendedores y pequeñas empresas lo están consiguiendo. Se trata de ir cambiando nuestra cultura empresarial, pasar de empresa proveedora de productos y servicios a empresa proveedora de soluciones futuras.
El esfuerzo merece la pena. Solo con activar la metodología para fomentar la intuición estratégica en tu organización ya tienes beneficios. Tendrás un equipo más colaborativo, motivado y eficiente que, tarde o temprano, dará frutos.
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