Portada Artículo Amanda Gallego

La única herramienta que necesitas para controlar las finanzas de tu negocio.

Licenciada en Economía por la Universidad de Extremadura, Amanda Gallego creó su primera empresa muy pronto, aunque tuvo que cerrarla durante la crisis de la burbuja inmobiliaria.

Durante años ha trabajado en diversas empresas y en diferentes áreas, en especial en las de administración y contabilidad. También dedicó varios años a la docencia en contabilidad y finanzas.

Actualmente, está especializada en análisis financiero, ayudando a pymes y a emprendedores a analizar los números de sus negocios para contribuir a su rentabilidad y liquidez.

En este artículo, Amanda nos alerta, en un lenguaje claro y conciso, de la importancia de tener en la pyme una visión clara de su situación económico-financiera, aspecto al que a veces no se presta la atención debida, y nos explica cómo hacerlo con solo una herramienta sencilla que está al alcance de todos.

 

 

La única herramienta que necesitas para controlar las finanzas de tu negocio.

 

¿Te imaginas como sería tu día a día si tuvieras bajo control las finanzas de tu negocio? ¿Que las cuentas te cuadren siempre?

Una de las mejores herramientas para hacer un seguimiento de los números de una pequeña o mediana empresa es… ¡una simple hoja de cálculo!

Pero si, al igual que me pasó a mí hace años o le pasa a la mayoría de los emprendedores, no conoces qué datos tienes que analizar para que tus números cuadren, seguramente te cueste mucho.

De hecho, la mayoría de los emprendedores lo dejan en mano de una gestoría pensando que así esa parte ya está cubierta.

Pero ten en cuenta que la gestoria lo único que hace es tramitar tu contabilidad para poder presentar los impuestos de forma legal y correcta. Que no es poco.

Pero ni el contable, ni el Estado que recibe tus impuestos, se preocupa de la salud financiera de tu negocio, de su rentabilidad o del control de los costes.

Esto es así salvo en ocasiones concretas. Puede que contrates un servicio de análisis financiero en alguna ocasión, o quizás una vez al año te realicen una valoración más exhaustiva. Pero el resto de los meses no tienes ese control.

En cualquier caso, la responsabilidad de los números de tu negocio es solo tuya.

El objetivo de cada emprendedor o empresario, más allá de presentar contabilidad para impuestos, debe ser conocer los mínimos viables de las grandes métricas que son necesarias para supervisar su negocio.

Así, contar con herramientas sencillas que nos permitan interpretar bien nuestros números y tomar buenas decisiones debería ser una prioridad.

 

Porque…

  • ¿De qué sirve facturar mucho si luego tu cuenta de resultados sale negativa?
  • ¿Si te encuentras sin efectivo en el banco?
  • ¿Si cuando llega el momento de pagar los impuestos te da un vuelco al corazón?

 

Para evitar que tú seas uno de esos emprendedores que no hacen caso a los números de su negocio, que creen que contratando una gestoría para esos asuntos ya es suficiente y a los que les asalta un ataque de pánico el día que conocen la cifra a pagar de impuestos, voy a dejarte por aquí algunas métricas que puedes controlar con una sencilla Excel. Te ayudará a tener las riendas de tus finanzas empresariales.

 

Tres hojas de Excel para controlar tus finanzas.

El asunto es que cuando preguntas a cualquier emprendedor, saben más o menos su volumen de facturación.

Con sus gastos ya empiezan a perderse un poco., como mucho hablan de cantidades totales. Y eso no es suficiente para un análisis a fondo.

Piensa que los grandes empresarios no hablan en términos de facturación, hablan en términos de beneficio.

Porque puedes haber tenido una facturación grande, pero haber dado pérdidas.

De hecho, la causa más frecuente de fracaso empresarial no suele ser tanto la falta de facturación como la falta de dinero en caja, es decir, la liquidez del negocio.

 

Es necesario, por tanto, analizar qué datos son los que hay que observar y tener bajo control en la empresa para realizar una correcta planificación financiera.

 

¡Allá vamos!

 

Principales errores al analizar una situación financiera.

 

Conocer solamente la cifra de las ventas.

La cifra facturación es importante, claro que sí, y es una métrica que hay que mirar, pero no dice nada de la salud económica de tu negocio.

 

No tener un análisis detallado de los gastos.

Los gastos deben dividirse como mínimo entre costes directos e indirectos. A partir de ahí, más o menos detalle será ya en función del tipo de negocio.

 

No tener un control y previsión de tesorería.

Te permitirá distinguir fácilmente entre un negocio económicamente rentable y financieramente rentable. Recuerda: el efectivo es el rey.

 

Cómo controlar las finanzas de tu negocio para tomar decisiones fundamentadas.

 

✔ CUENTA DE RESULTADOS.

 

 

Lo primero sería tener una cuenta de resultados actual.

Una cuenta de resultados, en resumen, no es más que una suma y una resta de ingresos y gastos que arrojará un resultado que será positivo (beneficio), o negativo (pérdidas)

Así en nuestra Excel, arriba, pondríamos las ventas por líneas de negocio y después empezaríamos a detallar los gastos.

Empezaremos con los gastos directos, los que son esenciales para para producir la actividad. Por ejemplo, una empresa que fabrica mesas, sería necesario contar con la madera para fabricarlas. Eso sería un gasto directo.

Los gastos indirectos, por ejemplo ,gastos de alquiler, suministros, gastos que se derivan de la actividad, pero no influyen directamente en la fabricación del producto.

Con estos indicadores ya tendríamos una Excel que nos indica el resultado de nuestras operaciones.

Resultará un beneficio o pérdida.

Y ya tendríamos una idea bastante clara de la rentabilidad que nos está dejando el día a día de nuestro negocio.

 

¿Qué habría que analizar de estos datos?

Lo ideal sería contar con ratios. Esto es, qué porcentaje de cada gasto se necesita para cada venta.

Por ejemplo, el porcentaje de gasto de personal será un porcentaje sobre las ventas.

No es necesario entender mucho de finanzas para saber que si por ejemplo tienes un 80% de gastos de personal estás gastando mucho en ese concepto. Obviamente depende del tipo de empresa. Habría siempre que comparar con el sector. Pero es más sencillo leer en porcentaje para tomar decisiones.

Así, podríamos calcular porcentajes con todo tipo de gastos.

 

Lo ideal es hacer una cuenta de resultados mensual.

 

¿Qué datos habría que analizar mensualmente?

Por un lado…

 

  • Los ingresos por cada línea de negocio.
  • El porcentaje de gastos directos sobre ventas.
  • El margen bruto, la división entre las ventas y los gastos directos.
  • El coste de personal en porcentaje, esto es el gasto de personal sobre las ventas.
  • El margen neto. Sería la división entre el beneficio y los ingresos. Indica qué parte de este beneficio obtengo de cada ingreso.

 

Si lo tienes todo con porcentajes, es mucho más sencillo de analizar porque los porcentajes ayudan a entenderlo más fácilmente y de un solo vistazo.

 

✔ PRESUPUESTO DE VENTA.

Consiste en hacer una previsión de las ventas que vamos a obtener durante todos los meses de nuestro año.

Es una necesidad total y absoluta y que no hace mucha gente, fundamental para poder comparar y para ir revisando la evolución del año.

Lo ideal sería tenerlo del año anterior e ir comparando la evolución.

Además, en ese presupuesto podríamos jugar con los números.

Ponernos en diferentes escenarios.

Por ejemplo ¿qué pasaría si vienen las vacas gordas? podríamos calcular un crecimiento de un 10%, y ver cómo van quedando los números.

¿Y si pasa lo contrario? Vienen mal dadas un mes. Si un mes no se alcanza el objetivo pues simplemente cambiando las cifras estimadas para ese mes podemos reaccionar con antelación.

Esto es interesante porque hacer números y simulaciones tranquiliza, reduce la incertidumbre y puedes tomar decisiones con antelación y seguridad. Ser director financiero es un trabajo de anticipación.

Dicho esto, lo ideal sería tener un escenario pesimista y un escenario optimista.

Así como sería interesante conocer la estacionalidad del negocio. Puede ser que un mes no haya sido malo si ya lo tenía previsto, y simplemente ese mes ya contaba con esa bajada de ventas.

 

De aquí que sea tan importante controlar la Tesorería del negocio.

 

✔ EL CONTROL DE TESORERÍA.

 

El control de la caja es imprescindible, saber de cuánto dinero dispones hoy y de cuánto vas a disponer en el futuro.

Puede que te dé pereza llevar al día todas estas Excel, pero te aseguro que te van a dar mucha tranquilidad. Y al final, una vez realizado el trabajo inicial, no requiere tanto tiempo mantenerlo.

¿No tienes 10 minutos al día para tu tranquilidad económica?

 

Esta hoja de cálculo es similar a la cuenta de resultados. Tendremos así por un lado los cobros, y por otro, los pagos.

Aquí hay que distinguir entre gastos y pagos e ingresos y cobros.

En la hoja de control de caja no anotamos el ingreso cuando se produce, porque puede ser que este mes se produzca una venta, pero no lo vaya a cobrar hasta dentro de tres meses. Con lo que lo anotaríamos en el mes que se producirá el cobro.

Y con los gatos sucede igual.

Por eso la considero la herramienta estrella para jugar, porque te permite realizar simulaciones y valorar con seguridad si los gastos o inversiones que vas a hacer son los más adecuados en ese momento para tu economía.

Al final es una herramienta que te da tranquilidad, te permite prever los pagos y realizar simulaciones para saber en si el negocio que te están proponiendo además de ser económicamente rentable va a ser financieramente rentable.

 

Te pongo un ejemplo.

Hoy, te contratan un servicio de diez mil euros, pero te solicitan el pago en tres plazos: el mes que viene te harían el primero, el segundo pago en dos meses y el tercero en tres meses (30-60-90).

Tienes unos costes para realizar el servicio de 5000€, que abonas el primer mes.

Como la rentabilidad que vas a obtener de ese negocio son 5000 euros es decir un 50%, aceptas el encargo.

En principio parece buen negocio. La rentabilidad económica es buena ¿no crees?

Pues bien, para dar ese servicio tienes unos costes de 5000 euros que debes adelantar este mismo mes.

¿Podrías asumirlo si no tienes disponibles esos 5000 euros?

Debes de tener en cuenta que hasta el mes que viene no cobras nada de ese cliente y ese mes tan solo vas a cobrar un 33% de la factura. Incluso ese mes tan solo cobras 3300 euros.

Hasta dentro de dos meses más ni siquiera habrás cubierto el coste de lo has tenido que adelantar (recuerda, adelantas 5000 euros).

Aquí entra en juego esa simulación.

 

El primer análisis que te recomiendo hacer cuando te piden un aplazamiento es tener la certeza de que puedes asumirlo y que no va a perjudicar tus finanzas.

Porque ese negocio que parece rentable económicamente, de hecho, en el ejemplo tiene un 50% de margen de beneficio, puede crearte un problema financiero.

Y bajo un estado de estrés financiero no se trabaja bien ¿no crees?

Así que recuerda el control de tesorería es fundamental en tu empresa.

 

¿Complicado?

 

Como ves, solamente necesitas 3 hojas de Excel para tener controlado lo básico de tu negocio.

Por supuesto que hay aplicaciones informáticas muy interesantes para controlar las finanzas de una empresa, pero, si esta es muy pequeña. no siempre merece la pena el gasto que suponen puesto que con herramientas sencillas se puede trabajar perfectamente.

 

  • Una cuenta de explotación.

 

  • Un presupuesto de ventas.

 

  • Un control de caja.

 

No necesitas más para empezar. Ganarás tranquilidad y tomarás mejores decisiones.

 

¿Te parece difícil tener esas tres herramientas al día? ¿Crees que te servirán para tomar mejores decisiones?

 

Dos tips para ganar aún más tranquilidad.

 

TU SUELDO:

Si no lo haces ya, es imprescindible tener cuentas separadas. Para tu negocio y para tu vida personal.

Esto puede parecer una obviedad, pero aún me sorprende encontrarme con empresarios que no lo hacen así.

La tranquilidad que da tener tu sueldo para los gastos de tu casa en una cuenta y otra exclusivamente para el negocio no tiene precio.

Más hoy que las cuentas en el banco se pueden mantener sin casi costes. Incluso en algunos bancos este es cero.

De esta forma además es mucho más sencillo tener controladas las finanzas de tu negocio y traspasarte tan solo tu sueldo cuando corresponda.

 

TUS IMPUESTOS:

 

Algo muy interesante una vez que tienes hechas las cuentas de explotación y de tesorería sería separar tus impuestos.

Puedes preverlo en función de lo que hayas pagado en años anteriores.

Haz como hacía mi abuela con el sueldo de mi abuelo. “El sistema de sobres” lo llamo yo.

Según lleguen tus ingresos, ve apartando en “distintos sobres” cada gasto que tendrás. Y que, se supone, tienes ya previsto.

 

Tan sencillo como apartar el dinero del IVA según lo vayas cobrando o pagando y tenerlo listo en una cuenta aparte para cuando llegue el momento de liquidar los impuestos.

Con el IRPF ocurre lo mismo. Si retienes IRPF de cada factura, apártalo en el momento del cobro.

Un importe para empezar a apartar impuestos, hasta que puedes ir ajustando más, es un porcentaje estimado entre IVA e IRPF. Podría ser un 15% de cada ingreso.

Apartas un 15% a la cuenta destinada para impuestos y cuando llegue el trimestre compruebas si te sobra o solamente tendrás que aportar un poquito más.

El susto en ese caso no será tan grande

Y tú ganarás tranquilidad

 

 

No pienses que esto es mucho trabajo, al final es llevarlo al día.

Son herramientas tan sencillas que cualquiera que te ayude en la empresa podrá actualizarlas.

Y te aseguro que la tranquilidad que ganas es impagable, sobre todo la capacidad de análisis que te va a dar tenerlo todo bajo control.

 

¿Tienes bajo control los números de tu negocio?

Prueba con estas herramientas y cuéntame qué tal te va.

 

Por tu seguridad económica.

Amanda Gallego

 

 

Cuatro acciones para pasar de CEO a estratega de tu negocio

4 acciones que convierten a un CEO en un estratega de su negocio.

Gerentes, directores generales o CEOs hay muchos. Estrategas de negocio, muy pocos.

Es un hecho.

Dirigir una pyme no solo significa estar en lo más alto del organigrama. La posición en la cúspide implica, entre otras cosas…

 

    • asumir la responsabilidad del trabajo de todos los que están en tu equipo,
    • establecer el modelo de negocio que tienes,
    • la forma en la que quieres que evolucione a lo largo del tiempo,
    • y el modo en que transformas valor en crecimiento y rentabilidad.

 

Y todo ello teniendo en cuenta el marco en el que te encuentras, es decir, la sociedad, el medioambiente o el propio mercado.

 

Pero la mayoría de las veces nos encontramos con gerentes que son meros gestores de la empresa. Esto es algo habitual en la administración pública donde la responsabilidad del jefe en cada departamento o unidad suele ser administrar un presupuesto según unas líneas que le vienen marcadas desde más arriba, incluso de la Unión Europea.

Pero es en el sector privado donde es más difícil entender una posición de alta responsabilidad que se limite a administrar recursos. Al fin y al cabo, toda empresa tiene unos propietarios (accionistas o socios) y estos exigen resultados, como es normal. Por eso no se entiende la figura del director general-gestor.

Para pasar de ser un administrador de recursos a un estratega de negocio hay que dar un paso mucho más allá, que no es difícil, pero que pocas veces se decide iniciar. Y parecerán cosas obvias, pero en estas cuatro acciones está la diferencia entre uno y otro perfil de CEO, cuatro capacidades que hay que desplegar para dedicar tiempo a lo que realmente importa, y a lo que puede llevar a la pyme hacia un camino u otro.

Vamos a verlas.

 

1. Disponer de la información relevante para el negocio.

Esta acción tiene que estar tan asumida por el CEO como lo es el que la empresa abra y cierre cada día. Se trata de establecer qué datos o estadísticos son los que hay que vigilar para tener una imagen fiel de la marcha de la empresa. Se suelen recoger en un Cuadro de Mando, resumido, que no debería exceder el tamaño de una hoja.

También hay que vigilar la información externa a la organización, como es la relativa al mercado: cambios en la legislación, innovaciones, evolución de la competencia, nuevas tecnologías… También se recogen de forma resumida en el cuadro de mando.

Quiero dejar claro que el trabajo de actualizar esta información NO es del director general, sino de la persona o equipo que este designe. Una vez que se diseña el modelo de informe e indicadores a vigilar, el proceso debería ser casi automático.

Esta información debería estar en la mesa del gerente al menos una vez a la semana, o cuando se dé un cambio relevante en algún dato. La responsabilidad del jefe es que este proceso se haga.

La información es el primer paso para que un estratega pueda analizar y diseñar los pasos que tiene que dar su organización, gracias a la capacidad de anticipación. Después esta información debe convertirse en conocimiento útil.

Se decía que Emilio Botín hijo, cuando era el máximo responsable del Banco Santander, tenía en la mesa de su despacho todos los días una simple hoja con los datos e indicadores clave de todo el grupo Santander. Y, antes incluso de tomarse un café, lo leía con atención. Un buen ejemplo que todos los gerentes pueden seguir.

También recomiendo a mis clientes una actualización del DAFO de la empresa, el análisis de la cadena de valor y el CANVAS al menos una vez al año, y mejor cada seis meses.

 

2. Rodearse de un equipo de personas comprometidas con el proyecto de negocio.

Sin duda, una de las acciones que más retorno ofrece a las empresas. La responsabilidad del CEO, la acción que tendría que realizar todos los días, es preguntarse si tiene a los mejores profesionales que puede permitirse tener en cada posición, desde la recepción hasta las direcciones de área.

Las personas, hace falta repetirlo una vez más, son el factor más diferencial en las organizaciones. Si cuentas con lo mejor, tendrás lo mejor. Si solo tienes medianías, obtendrás resultados mediocres. Y esto se aplica a los equipos internos y también a los colaboradores externos (consultores, asesores…).

Pero no solo es contar con los mejores. El CEO tiene que implicarlos al máximo en la estrategia de la pyme. Para ello tendrá que encargarse de que reciban la formación adecuada de forma continua, que tengan un plan de retribuciones -monetarias y no monetarias-, un plan de carrera atractivo y una gran libertad de actuación. ¡Y preocuparse también por su bienestar!

Y, por último, ligado a la libertad de actuación, hacerlos partícipes en el análisis y la toma de decisiones del negocio. No se trata de que el CEO haga dejación de funciones, las decisiones finales siempre serán solo de él, sino de se escuche la voz de sus empleados.

Muchas veces las grandes ideas quedan sepultadas en el olvido por no abrir un canal para que puedan salir a la luz. Te sorprendería cuanta capacidad hay en las personas si se les da la oportunidad de poder contribuir en un proyecto.

Las ventajas de cuidar a tu equipo son evidentes: más motivación e implicación en los objetivos comunes, menos fugas de profesionales, más atractivo para atraer a nuevos empleados y una estrategia más reflexionada y motivada. ¿Crees que no es suficiente como para dar importancia a esta actividad del CEO?

 

3. Analizar alternativas estratégicas.

Es otra acción indelegable de cualquier jefe.

A pesar de que cuentes con información valiosa sobre tu negocio y el entorno y que, además, escuches a tu equipo interno y a tus colaboradores, es tu responsabilidad como CEO plantear escenarios futuros donde tu empresa puede estar o no.

Yo, siempre que me preguntan sobre qué actividad es la que más tiempo le debe llevar a un director general, doy la misma respuesta: ¡Pensar!

Y es que pensar en el futuro de la empresa es todo lo contrario a administrarla. Lo primero se enfoca solo en el presente, de manera pasiva, solo consiste en coordinar recursos. Mientras que pensar de forma estratégica significa adelantar al presente situaciones futuras en las que puede encontrarse le empresa.

Entender la situación interna y externa con datos y escuchar a tus equipos conduce de forma natural a la creación de estos futuribles. Esta acción, que puede realizar el CEO con la colaboración externa de profesionales en estrategia de negocio -más que recomendable- evita la improvisación ante situaciones no previstas.

Desde luego, nadie puede prever lo imprevisto, pero, como señalaba en un artículo no hace mucho haciendo referencia a una serie de TV (Bright Minds), hay imprevistos previsibles e imprevistos imprevisibles. Lo primero es lo que sí podemos anticipar.

La acción del CEO es adelantar estos futuribles y el impacto que tendrían en la organización y en el propio mercado, estar alerta y crear mecanismos que permitan una respuesta rápida si se producen.

 

4. Tomar decisiones.

Michael Porter, una referencia internacional en estrategia empresarial señaló una vez que la estrategia se trata de tomar decisiones, compensaciones; se trata de elegir deliberadamente ser diferente.

Y yo, modestamente, añadiría que al CEO le pagan por tomar decisiones, aunque sean difíciles y comprometidas. Es más, estas serían las que de verdad debería asumir, puesto que las decisiones intrascendentes para el negocio, como elegir un proveedor para la limpieza de las instalaciones, nunca son competencia del máximo responsable de la empresa.

La toma de decisiones que comprometen el futuro del negocio es compleja, desde luego, implica tener la confianza y seguridad necesarias para saber optar por un camino u otro con determinación, poniendo los recursos que sean necesarios. Si tienes buena información actualizada, las aportaciones de otras personas y has creado escenarios futuros, esto será ya mucho más fácil, lo que no quiere decir que no sea trascendente.

A la vez, hay que estar dispuesto a reconocer los posibles errores en estas decisiones y saber reconducir la situación. Para eso vale el haber contemplado los escenarios de negocio anteriores, aunque siempre estarán ahí los imprevistos no predecibles.

 

Estas cuatro acciones son las que diferencian a un verdadero estratega de empresa de un simple CEO. No son acciones delegables, aunque necesiten de la participación de muchos profesionales, sino que son un territorio exclusivo del verdadero jefe de la organización.

Si te fijas, las personas son la clave en estas cuatro acciones. En todas ellas están presentes de manera crucial, aunque estén asistidas por herramientas tecnológicas. Por eso marcan la diferencia entre las pymes. La calidad de las mismas será la que defina la calidad de la estrategia y, por ende, de la propia pyme.

Y las cuatro acciones desembocan en acciones que deben ponerse en marcha, consecuencia de las decisiones que se hayan tomado. La estrategia culmina con un plan de actuaciones tangible y real, que será el que lleve al negocio a ese futurible deseado.

Si tienes un puesto de alta responsabilidad, pon en práctica estas cuatro acciones, entrena las habilidades que necesites para ello y verás que tus verdaderas funciones son otras muy distintas, y más cruciales, que las que creías.

Y, lo más importante, tendrás una visión más clara de la realidad de tu negocio y de su futuro.

 

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El dia de la Marmota

Marketing y Comunicación electoral o el día de la marmota.

También podría haberlo titulado ‘El eterno retorno’.

Si la semana pasada destacaba la ingeniosa campaña de publicidad de la IGP Chorizo Riojano, con motivo de las elecciones municipales y autonómicas de este año, ahora toca hablar de la verdadera campaña que están haciendo los partidos políticos.

Y a mí, que ya he vivido -y sufrido- muchas campañas electorales, me parece que sigo en los años 80, con la pegada de carteles, las caras de los candidatos adornando las calles, las cuñas publicitarias en la radio, los buzoneos de los programas electorales, los incombustibles -e inútiles- mítines, y hasta los coches con megafonía recorriendo la ciudad con sus mensajes.

Me da que la creatividad sigue sin llegar al marketing electoral, y tampoco a la comunicación. Los mensajes parecen antiguos, de otra época, y la sonrisa forzada en las fotos oficiales de los candidatos son más impostadas que las de un anuncio de pasta de dientes.

No quiero ni imaginar la cara de un cliente si le presentas una campaña de marketing armada con imágenes, mensajes y estereotipos de hace 40 años. Cualquiera, aunque sea extremadamente compasivo con su agencia, se movería entre pensar que lo que le presentas es una broma o de verdad te estás riendo de él.

Pero esto parece no importar a los partidos. Seguimos igual que en los ochenta, cambian caras y algunas siglas, pero las campañas no se distinguirían casi de las de hace décadas. Yo creo que hasta las papeletas y las urnas son casi las mismas que las de entonces.

No hay que olvidar que detrás de cualquier campaña de marketing, también en elecciones, está el objetivo de conectar tu marca con la audiencia y, sobre todo, vender. En elecciones se intenta que la audiencia ‘compre’ tu marca de partido a través de un ‘pago’, que es el voto. Y, como en el caso de los mercados, en competencia con otras marcas.

Y con la gran variedad de instrumentos y posibilidades para lograr una diferenciación positiva y de valor para la marca electoral, lo que veo es que casi todas las campañas son iguales, indiferenciadas y sin elementos nuevos.

 

¿Será que el producto es lo de menos?

¿Estará el consumidor ya predispuesto a una marca predeterminada?

¿Qué idea tienen los partidos de sus votantes?

¿Se podría hacer de otra forma?

 

No sé, quizás es que todavía nadie ha dado un paso adelante en estas citas tan tradicionales y no quiere arriesgarse a ser innovador. Sin embargo, las empresas que apuestan por un marketing creativo y diferencial suelen destacar entre otras que son menos propensas a lo nuevo.

Yo todavía sigo esperando algo novedoso en marketing y comunicación electoral. Igual soy un iluso…

De momento, me vuelvo a despertar cada cuatro años en el día de la marmota.

El Arte de la Adivinación en las empresas

El arte de la adivinación en las Pymes.

Adivinar el futuro para acertar con tu estrategia de negocio es casi imposible, salvo que tengas poderes como la precognición.

Sin embargo, sí está a tu alcance simular los diferentes ‘futuros’ que podrían darse. Y eso marca la diferencia entre las pymes. Están los que imaginan posibles escenarios y los que solo confían en su propia visión del futuro.

 

El futuro de la empresa no solo son presupuestos.

La mayoría de las empresas que hacen previsiones se limitan a realizar cálculos presupuestarios, es decir, previsiones económicas y financieras. Y no todas lo hacen.

Muchas utilizan la plantilla presupuestaria del año anterior para estimar las cifras del siguiente ejercicio. Partiendo de una estimación de las ventas previstas -en función de las altas y bajas de clientes esperadas- se va bajando en la cuenta de resultados imputando los costes directos e indirectos -aplicando las variaciones de precios- hasta llegar al beneficio antes de impuestos.

Para calcular el balance previsto también se suele partir del balance del año anterior. Se modifican las partidas de inversiones previstas, préstamos y otros pasivos y se cuadra el balance previsional.

Otras empresas preguntan a los departamentos por sus previsiones de ingresos y gastos, así como por las inversiones y necesidades de financiación. El resultado es el mismo, un cuadro contable de cierre del próximo siguiente.

Con esto muchas empresas ya han cumplido. Sin embargo, queda lo más importante.

 

⇒ ¿Cómo será el comportamiento del mercado en el próximo ejercicio?

⇒ ¿Cómo actuarán los competidores? ¿Serán los mismos?

⇒ ¿Qué impacto tendrán los precios, la fiscalidad o la normativa legal?

⇒ ¿Cómo variarán los gustos de los consumidores?

⇒ ¿Qué innovaciones son esperables?

⇒ ¿Cómo afectará la tecnología a mi sector?

 

Como ves, son muchas preguntas, y todas relevantes. No es posible tener cierta seguridad de cómo será el futuro para tu organización si no sabes, al menos, las tendencias de lo que pasa a tu alrededor.

Y en cuanto a tus propias actuaciones… ¿Sabes realmente el impacto que tendrán en tu organización? No te estoy pidiendo un ejercicio de adivinación, sino de la plasmación de los diferentes escenarios a los que te puedes enfrentar según tus actuaciones tengan mayor o menor efecto del que esperas.

En definitiva, lo que tendrás que hacer es crear las posibles situaciones finales que van a producirse, anticipar posibles futuros y estar preparado para ello.

 

Creación de escenarios de negocio: visualizar, anticipar y estar preparado.

En la conocida serie de televisión Bright Minds -que por cierto te la recomiendo- la colaboradora de la policía francesa Astrid Nielsen, que tiene el síndrome del espectro autista, decía que hay dos tipos de imprevistos: los previsibles y los imprevisibles.

Para una persona autista, anticiparse a los imprevistos es clave para su estabilidad emocional. Por esta razón, Astrid denominaba “imprevistos previsibles” a los acontecimientos que era razonable pensar que podían suceder. Eso le generaba seguridad en sí misma y una disminución de su estrés emocional.

En nuestro día a día, quien más y quien menos, necesitamos también cierto grado de previsibilidad. Las incertidumbres, a pesar de que pueden reconvertirse en oportunidades, como señala Andrés Pascual en su libro Incertidumbre Positiva, nos generan malestar e inquietud.

En el mundo empresarial pasa lo mismo. Los directivos prefieren entornos conocidos y estables que la volatilidad y el cambio continuo. Pero la realidad es la que es. Y el mundo es cambiante, inesperado y sorpresivo, como la COVID-19 nos recordó recientemente.

Y, como es así, solo nos queda la posibilidad de generar los posibles escenarios de negocio que podemos prever -imprevistos previsibles- y anticiparnos a los efectos que estos tendrían en nuestra organización.

La generación de escenarios de negocio es una herramienta estratégica que, si bien no adivina el futuro, acota bastante las posibilidades de su efectiva realidad, que no es poco.

 

Como planificar diferentes escenarios de negocio.

A la hora de crear los posibles escenarios de futuro hay que partir de la información interna y externa que sea importante para tu negocio y sector.

La información externa, accesible a través de muchas fuentes, nos ofrece una previsión del comportamiento de variables claves que pueden impactar en nuestra empresa. Datos como el crecimiento esperado del sector, estudios sobre hábitos de compra, innovaciones, nuevas empresas competidoras, regulaciones… nos dibujan ya un entorno esperable al menos a corto plazo.

Los datos externos suelen utilizarse en herramientas analíticas como el conocido DAFO o el menos usado, aunque fundamental, CANVAS o lienzo estratégico. Quizás las hayas usado.

Y están los datos internos, que van más allá del efecto de las previsiones de ingresos y gastos de la empresa. Las previsiones internas se refieren más al efecto que pueden tener unas u otras estrategias de negocio, una estrategia de marketing y comunicación u otra, o un plan comercial u otro. Dependiendo de lo que hagamos en cada caso, las consecuencias pueden ser totalmente diferentes.

 

Existen varias formas de planificar los posibles escenarios, como siempre cada profesional tiene su método. Yo siempre opto por simplificar al máximo el número de variables que operan en los escenarios ya que si estas son muchas se complica el análisis y pierde su funcionalidad.

El esquema de trabajo sería así:

 

– Se generan al menos tres modelos de escenarios: uno de bajo nivel de impacto, otro moderado y otro alto.

– Se toman como datos fijos los procedentes del entorno. Por ejemplo, un cambio en el consumo impactará positiva o negativamente en la empresa, según el caso.

– Se fijan las variables clave que vamos a utilizar en nuestros diferentes escenarios. Por ejemplo, una campaña de marketing concreta, una estrategia comercial, una alianza estratégica con otra empresa o el lanzamiento de un nuevo producto o servicio.

Para cada variable, se estima su efecto en nuestra organización, tanto en la cuenta de resultados como en la propia estructura interna (por ejemplo, una acción puede requerir más personal o más producción). Este efecto, como he señalado, puede ser bajo, medio o alto (tres escenarios).

Si se considera importante, plasmar cada escenario en un cronograma mes a mes.

 

Con esta forma de trabajo tendríamos para cada variable (acción realizada por la empresa) tres posibles escenarios, conociendo de antemano los posibles efectos finales de cada actuación.

También es posible combinar dos o más actuaciones y ver su efecto en los tres posibles escenarios. Todo dependerá de si estas actuaciones son interdependientes o autónomas. Si son autónomas no merece la pena combinarlas.

 

¿Qué ventajas tiene la creación de escenarios de negocio?

La primera y más importante es que nos permite anticipar el efecto final de una actuación concreta.

Si conoces lo que son los gemelos digitales, esto es algo parecido. La creación de gemelos digitales, por ejemplo en la industria, trata de modelos virtuales diseñados para reflejar con precisión un objeto físico. Se realizan cambios en el mismo para conocer su funcionalidad antes de implantarlo en el objeto real.

Los escenarios de negocio también son, en cierta forma, virtuales. Se crean antes de que sucedan. Por eso nos dan información valiosa acerca de nuestras estrategias antes de ponerlas en marcha.

Por lo anterior, reducen incertidumbres y facilitan la toma de decisiones.

Y, en consecuencia, disminuyen los costes.

Además de todo lo anterior, permiten hacer un seguimiento mes a mes de la evolución del negocio comparándolo con nuestros escenarios previstos. También en este caso facilitan la puesta en marcha de acciones correctivas mucho antes de que sea demasiado tarde.

Y, por último, si entra en juego un factor inesperado (externo o interno) es fácil incorporarlo a los escenarios para anticipar el nuevo efecto final que tendrá en nuestras previsiones.

Como ves, todo son beneficios. Cierto que hay que hacer un gran trabajo inicial, pero una vez hecho, tienes un esquema de trabajo y seguimiento fácil de usar y que te facilitará el control de tus acciones de negocio.

 

Otros imprevistos previsibles: crisis de reputación, siniestros, huelgas…

Hay otros posibles escenarios que son más improbables, aunque pueden darse y de hecho se dan. Recuerdo el reciente caso del incendio de la fábrica de Cascajares. Es una incidencia muy grave que, de un día para otro, ha paralizado la actividad de la empresa. Ante esto, o se tienen planes de contingencia o toca improvisar.

Las grandes empresas tienen un plan de contingencia que precisamente prevé como actuar dependiendo de lo que suceda. Es lo mejor. Así, si se produce lo impensable, se sabe cómo actuar para responder rápido a la incidencia.

En el caso de tu pyme, es una buena medida que no deberías dejar de contemplar. No es tan complicado realizar un plan de contingencias -yo mismo he ayudado a pymes a redactarlo- y facilita mucho la capacidad de actuación de los directivos.

Se trata de contemplar algunos posibles eventos que impactarían de forma grave a tu empresa, como una huelga, un siniestro o una crisis por un mal servicio o producto defectuoso, y dejar por escrito la forma de actuar, en especial de cara a los clientes, colaboradores y sociedad.

En el caso de Cascajares, en quince días ya estaba fabricando varios productos en una nave alquilada y antes de verano de 2023 (solo seis meses desde el incendio) estima que la nueva fábrica esté totalmente operativa. ¿Tendrían un plan de contingencias?

 

Conclusión: conocer lo posible para anticiparse cuando se hace realidad.

Has podido ver cómo funciona la creación de escenarios de negocio, sus ventajas y sus funcionalidades. La capacidad de esta herramienta para disminuir la incertidumbre y contribuir a una buena toma de decisiones está más que demostrada, como lo refrenda su uso en muchas empresas.

Ahora es el momento de que todas las pymes, también la tuya, puedan beneficiarse de ella.

¿Aceptas el reto de crear escenarios de negocio o prefieres adivinar el futuro?

 

 

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Perder la Realidad 2

¿Estamos perdiendo el sentido de la realidad?

Hace días hice referencia a una novela de Cixin Liu, El Problema de los Tres Cuerpos, haciendo paralelismos con los equilibrios que tiene que hacer las pymes para mantenerse estables en un entorno convulso.

Ahora acabo de leer un libro de relatos cortos, también de Cixin Liu, que se titula Sostener el Cielo. Uno de los relatos Migración en el tiempo habla de un planeta Tierra devastado por la crisis climática. Hambre y desolación fuerzan a un grupo escogido de 200000 personas a viajar al futuro en busca de un entorno más favorable.

Si tienes intención de leerlo, no sigas, voy a destriparte un poco la historia…

 

Viajan 120 años al futuro, y se encuentran con una Tierra desolada, yerma y casi sin vida. Imposible quedarse.

Viajan nuevamente a 600 años de distancia temporal. Encuentran una Tierra aséptica, con vidas, pero sin almas. Las personas se limitan a llevar una vida segura, pero carente de emociones y de cambios. Muchas llevan chips implantados. Evidentemente, los migrantes no se quedan.

Vuelven a saltar en el tiempo, hasta 1000 años en el futuro. ¿Qué se encuentran? Una Tierra sin árboles, montañas o ríos, donde las personas son entes digitales cuasi-eternos donde cada cual vive sus historias en un mundo cuántico totalmente digital.

Viven al margen de la realidad. El mundo real les es ajeno y no les importa, están mejor en un mundo donde pueden hacer realidad todo lo que quieren.

Vuelven a dejar esa Tierra que le es extraña.

En su último salto al futuro llegan hasta el año 12000. Descubren una Tierra totalmente renovada. La naturaleza ha vuelto, las montañas, los mares, los árboles, las plantas e incluso algunas especies animales. Pero ni rastro de humanos.

La reflexión que hace el máximo responsable de los migrantes es muy acertada…

 

¡Mirad la tierra, vestida de verde; es nuestra madre! ¡Es el origen de nuestra fuerza, el sustento de nuestra existencia, el destino de nuestro reposo final!

¡La humanidad seguirá cometiendo errores en el futuro, seguirá atravesando desiertos de miseria y desesperación, pero siempre y cuando permanezcamos arraigados a la madre tierra no desapareceremos como ellos; no importarán las dificultades que enfrentemos, la vida y la humanidad perdurarán!

¡Ciudadanos, este es ahora nuestro mundo! ¡La humanidad inicia un nuevo ciclo; y lo iniciamos sin nada, que es todo aquello de lo que una vez dispusimos!

 

La humanidad se reinicia, vuelve sobre sus pasos y conecta de nuevo con su realidad más esencial.

 

¿Un relato de ciencia ficción o una posibilidad que se está haciendo realidad?

Este relato, además de estar muy bien contado (no me esperaba menos de Cixin Liu) me hace pensar en la avalancha de cambios tan profundos y rápidos que estamos viviendo todos nosotros en los últimos años.

Un ejemplo. Según muchos estudios, las nuevas generaciones prefieren comunicarse a través de aplicaciones que en persona. No acierto a saber la razón de esto, más allá de la inmediatez.

Por otro lado, la digitalización está cambiando la forma de trabajar, nuestro tiempo de ocio, nuestros hábitos de compra y hasta nuestra forma de procesar la información. Cada vez más, nuestro día a día pasa a través de circuitos y pantallas.

La capacidad analítica y crítica corre riesgo de desaparecer ya que cada vez consumimos más información en menos tiempo. No se consultan fuentes, no nos paramos a reflexionar, damos por válido lo primero que vemos o que encontramos en la red.

Las inteligencias artificiales están sustituyendo trabajos mecánicos y repetitivos. Y empiezan a hacerlo en otros más creativos e incluso en aquellos que requieren decisiones críticas, como la Sanidad, el Derecho o la dirección de empresas y personas.

Parece ser que desaparecerá el dinero real, sustituyéndose por el digital.

El Metaverso promete un mundo donde todo aquel que quiera va a poder vivir la vida que no puede en el universo real. No seremos una memoria de silicio, pero sí un avatar en este espacio imaginario.

A mí todo esto me hace pensar en una evolución hacia algo que no sé si finalmente desembocará en un universo totalmente digital o bien el proceso llegará a un punto donde se produciría un frenazo en seco y una vuelta atrás. Algo parecido a lo que describe Cxin Liu en el relato.

Pero en estos momentos, lo que veo es un cambio de paradigma en el que todo pasa por una red de sistemas y aplicaciones que filtra, adapta y presenta la realidad acorde a como están diseñados y a sus propios objetivos.

 

¿Todo esto te parece una fantasía?

Es posible que hoy lo sea. Solo estoy dando datos y tendencias reales que se están produciendo hoy mismo. Quizás se tarde más o menos tiempo, pero todo indica que lo físico va perdiendo terreno frente a lo intangible. ¿Qué hubieran dicho nuestros abuelos hace 50 años si les dices que ibas a poder hablar con una inteligencia artificial como con ellos mismos?

Y es que nuestra capacidad de asombro ya casi no existe, a la par que la asimilación de los avances es cada vez más lenta.

 

¿También las pymes se desconectan de la realidad?

Para las empresas, y para el marketing estratégico en particular, esta evolución tiene importantes consecuencias. Ya no vale tener un buen producto o una buena marca, ni siquiera hacer buenas campañas de comunicación. Las reglas ahora están cambiando. Ahora es el canal o soporte donde la gente interactúa el verdadero campo de batalla, al menos en mercados B2C. En el mercado B2B parece que todavía importan la confianza en la marca, la seguridad y la calidad, o eso creo.

Y el problema no es que sea Amazon, Instagram o el Metaverso el campo de batalla, sino lo que está detrás de ellos, esa intrincada programación donde conocer el algoritmo se convierte en objeto de deseo de cualquier experto en marketing que se precie. ¡Qué más da si no conocemos el mercado o las necesidades de los clientes!

Centramos los esfuerzos en estar alineados con el algoritmo que toque, en ser relevante para este y nos olvidamos de la esencia de nuestro negocio, nuestros valores y nuestro objetivo como empresa. Ya de los clientes ni te hablo.

Si a todo lo anterior añadimos los pixels de seguimiento que están presentes en todas las aplicaciones y programas que utilizamos, el panorama es todavía más sombrío. Como señala -y acusa- Bob Hoffman desde hace ya mucho tiempo, estamos ya en la era de la publicidad basada en el seguimiento del usuario.

La selección del target debería generarse a partir de datos no intrusivos, no personales o disponibles públicamente, lo que Bob llama «targets limpios». Pero la selección del target mediante el espionaje de individuos desprevenidos (es decir, el rastreo), lo que llama «selección de targets sucia», es errónea y peligrosa.

¿Prohibir este tipo de rastreo curaría todos los males? No. Pero es por donde tenemos que empezar si de verdad queremos hacer algo con respecto al peligroso camino que estamos recorriendo y que está erosionando constantemente los derechos de privacidad de las personas además de alejarse de una estrategia comercial y de marketing ética y responsable.

En fin, sigo viendo a muchas empresas muy alejadas de su territorio competitivo natural, el que tiene productos, marcas, potenciales clientes, posibles aliados, mercados sin explotar, competidores y un sinfín de realidades que parece ser que se están siendo dejadas de lado en beneficio de las plataformas digitales, basadas en chips y en programas informáticos.

 

Me pregunto si el Humanismo Digital del que tanto se habla llegará un día a ser una realidad en las estrategias empresariales. O, por el contrario, seguiremos un camino como el que los migrantes del relato de Cxin han recorrido. Con todo lo que conlleva.

La verdad es que no lo sé.

Mientras tanto, el pensamiento estratégico debería ser el ancla en la que amarrar nuestras empresas a una realidad de la que, por nuestra propia supervivencia, no deberíamos separarnos.

 

(Imagen de portada generada por Bing Image Creator, de Microsoft, utilizando una versión mejorada de DALL-E, la IA de OpenAI).

 

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Adaptabilidad_Pulpo_Mimetico

Adaptación.

Siempre me ha fascinado la naturaleza. En ella descubro sorprendentes curiosidades que siempre me enseñan algo valioso.

Y es que la naturaleza, se dice, es sabia.

Millones de años de evolución, mucho más que los humanos, han conseguido especies altamente especializadas, preparadas para afrontar un entorno hostil y cambiante donde la competencia por el alimento, y por tanto por sobrevivir, es siempre feroz.

Ya señalé hace tiempo en mi blog las increíbles estrategias que despliegan muchos animales para seguir vivos, todas ellas fascinantes. Algunos incluso disponen de estrategias colaborativas con otras especies muy diferentes, una manera de generar una relación win-win.

Quizás la estrategia del calamar de Humbolt sea una de las mejores, creando un espacio libre de competencia gracias a una habilidad única en el mundo animal. Este calamar desde luego sí ha sabido encontrar su ‘océano azul’. Pero hoy voy a detenerme en un animal fascinante, no ya por su perfecto diseño, sino por su capacidad para adaptarse a una situación de peligro de una manera increíble.

El pulpo imitador o pulpo mimético (Thaumoctopus mimicus) es una especie de octópodo que destaca por una característica asombrosa. Es capaz de imitar a la perfección el aspecto y movimientos de hasta al menos, que se sepa, 15 especies de animales, entre ellas la serpiente marina, el pez león, el pez plano, la estrella de mar, el cangrejo gigante, la concha marina, la raya, la platija, la medusa, la anémona o la anguila.

Este inteligente pulpo consigue en pocos segundos convertirse virtualmente en un animal diferente, pero ¿con qué objetivo? Lógicamente, para sobrevivir cuando se siente amenazado por un predador. El pulpo imitador se transforma instantáneamente en la especie que sea más peligrosa para su atacante, por ejemplo, la serpiente marina venenosa, consiguiendo que su predador desista de capturarlo y huya.

Una eficaz defensa que también sirve para el ataque, dado que puede disfrazar su apariencia de pulpo por otra más inofensiva de cara a sus presas. Toda una estrategia.

 

Detrás de esta curiosa historia del pulpo mimético se esconde una capacidad altamente eficaz no solo en el mundo animal, sino en el nuestro, especialmente cuando hablamos de estrategias competitivas en las empresas: la adaptación.

Los océanos son el elemento donde compiten los animales y plantas marinas. Del mismo modo, el mercado es el territorio conde las pymes luchan por conseguir visibilidad y aceptación. Y donde adaptarse es una de las claves para conseguirlo.

 

¿En qué consiste la adaptación en el mundo de las empresas?

Sun Tzu, en su conocido El Arte de la Guerra, decía…

 

‘El éxito en la guerra se alcanza cuidando de adaptarse permanentemente al propósito del enemigo’.

‘Aquel que puede modificar sus tácticas en función de su oponente y así conseguir la victoria podrá ser llamado capitán nacido del cuerno del cielo’.

 

En el mercado, que es el escenario de guerra de las pymes, la capacidad de adaptación es también, en muchos casos, responsable del éxito. En escenarios cada vez más cambiantes, donde los hábitos y gustos de los consumidores mutan de forma constante, la estructura del mercado de vuelve menos rígida, aparecen y desaparecen marcas y competidores y los avances e innovaciones se dan cada vez en menos tiempo, la adaptabilidad y la rapidez en conseguirla son vitales.

Las grandes empresas han aprendido que el éxito no es del más fuerte o el más grande, sino en aquel que sepa adaptarse mejor a su entorno, exactamente igual que lo han hecho los animales y plantas a lo largo de millones de años.

La adaptabilidad pues, no depende tanto del tamaño o del número de recursos del que disponga la empresa. Bajo mi punto de vista, esta ventaja competitiva, que sin duda es, reside en gran medida en las personas que están en la organización.

La mentalidad de los equipos de una empresa, desde el director general hasta el último empleado tiene que ser abierta y flexible. No hay nada peor que la conocida ‘resistencia al cambio’ que sigue presente en muchas pymes y que les impide salir de su conocido y ‘seguro’ territorio. Da igual que sea una nueva tecnología, un nuevo procedimiento o un sistema de información diferente, muchas personas odian el cambio, solo se sienten seguros en lo conocido.

Y es al revés.

No hay mayor inseguridad en el hecho de no querer cambiar para adaptarse a los cambios. Porque estos se van a producir, quieran o no estas personas, y si no se inicia una adaptación, como en la evolución natural, lo normal es que dejen de existir.

Para poder adaptarse a los cambios se necesita información. Sun Tzu diría que debes conocer a tu enemigo y conocerte a ti mismo. Conseguir esa información sobre lo que pasa en el entorno y contrastarla con los datos internos es otro de los deberes de toda empresa que quiera adaptarse, porque si no, ¿a qué hay que adaptarse y por qué?

La estructura organizativa de las empresas tiene que ser colaborativa, lo que no quiere decir que no haya jefes o departamentos. La información debe fluir a través de los departamentos, así como las tomas de decisiones. Un entorno que es posible implementar sin mucho esfuerzo con la ayuda de las modernas herramientas tecnológicas (por ejemplo, Microsoft Teams).

La rapidez en la adaptación, más en entornos que cambian constantemente, hacen necesario plantearse por lo menos si es factible implantar metodologías para que estos cambios se hagan rápido y a la vez al mínimo coste. Alguna de estas, como Design Thinking y entornos de trabajo como Agile o Scrum están demostrando ser útiles para recortar los plazos en procesos de innovación y cambio. Merece la pena conocerlos y valorar su uso en nuestra pyme.

Como nos ha recordado la reciente pandemia, una rápida y correcta adaptación al cambio puede significar mantener la presencia en el mercado o, en caso contrario, desaparecer en pocos meses. La crisis sanitaria parece haber pasado, pero vendrán muchos más cambios, cada vez más profundos y cada vez más rápidos. Por eso es tan importante diseñar un modelo de empresa que sea tan flexible como podamos.

A pesar de todo lo dicho, sigo pensando en que son las personas las que tienen en sus manos, o más bien en sus mentes, la capacidad para poder adaptarse a los cambios. En el ámbito personal solemos ser bastante resistentes a cambiar, salvo que esté en juego nuestra supervivencia (o dejas de fumar o te mueres en un año).

¿Por qué debería ser diferente en el ámbito profesional?

Si algo me ha enseñado el pulpo mimético, y en general todo lo que leo sobre estrategias animales y vegetales, es que solo sobrevive y evoluciona el que es capaz de desarrollar estrategias para aprovechar las oportunidades del entorno. Imaginación, creatividad y ganas de seguir creciendo son los ingredientes para adaptarse a lo que pueda venir, reducir los riesgos y mirar hacia el futuro con confianza.

Una vez más, la naturaleza nos sigue dando lecciones valiosas para nuestro día a día.

 

(Foto de portada: Elias Levy, CC BY 2.0 <https://creativecommons.org/licenses/by/2.0>, via Wikimedia Commons).

 

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Portada Entrevista Miquel Lladó

Entrevista a Miquel Lladó

Hoy contamos en mi blog con Miquel Lladó.

Miquel es profesor de Dirección Estratégica & Liderazgo y Asesor de Alta Dirección.

Economista por la Universidad de Barcelona, cursó Marketing en ESADE y ha participado en programas de Desarrollo Ejecutivo en Kellogg, The Wharton School e IESE Business School (PADE).

En su extensa trayectoria profesional en alta dirección ha sido CEO-Group President en Bimbo-Sara Lee Bakery Group,  CEO para Bimbo España & Portugal y VP de Nuevos Negocios en PepsiCo/Frito-Lay España, además de otras posiciones de relevancia en las áreas de estrategia, marketing y ventas en Gallina Blanca Spain o KPMG.

Actualmente es Senior Lecturer en IESE Business School y visiting professor en IEDC Bled School of Management-Slovenia y profesor visitante en la University of Minnesota, Estados Unidos, entre otras instituciones internacionales. Ha dado más de 1.500 sesiones de Estrategia & Liderazgo a más de 26000 ejecutivos de 103 nacionalidades, en 23 países. Miembro del Consejo Asesor de varias compañías.

Además, es autor del libro Enamorarse del Futuro (2020), con traducción al inglés y al esloveno, donde comparte sus experiencias en la alta dirección de empresas internacionales y nos desvela, de forma directa y entendible, las estrategias corporativas exitosas que cualquier organización puede poner en marcha para asegurar su futuro y su éxito.

 

Es un placer contar contigo Miquel, y que compartas tu conocimiento y experiencia con los profesionales y pymes que nos siguen.

Lo primero es conocerte un poco. ¿Quién es Miquel Lladó? ¿Cuál ha sido tu evolución como profesional y en qué punto estás ahora?

Gracias Luis. Pues vivo en Barcelona y soy economista con vocación internacional, de hecho, ya cuando era estudiante hice prácticas de trabajo en Puerto Rico, Estados Unidos y Países Bajos.

Empecé mi carrera profesional en KPMG, luego en Gallina Blanca, siguiendo en PepsiCo, en España y Estados Unidos, para después entrar en Bimbo. Terminé mi etapa ejecutiva en 2007, tras la cual inicié mi trayectoria de asesor de alta dirección y académica, habiendo asesorado hasta la fecha a organizaciones de 20 sectores distintos, siendo en la actualidad miembro de varios Consejos Asesores y profesor de estrategia y liderazgo en 6 escuelas de negocios que me llevan a dar sesiones en Europa y Estados Unidos.

 

Aunque dominas las principales áreas directivas de la empresa, la dirección estratégica es tu especialidad. Para que los no expertos puedan entenderlo…¿Cómo definirías esta importante función empresarial? ¿Qué la diferencia de otras?

Considero la estrategia parte fundamental de cualquier organización. Va de gestionar el corto plazo y el largo plazo. Consiste en gestionar todos los plazos de la evolución de una empresa. Acertar en el corto para asegurar que podemos escribir el largo. Definir Visión, Misión, Valores y Propósito, y los pasos que nos van a guiar hacia el futuro que queremos.

La estrategia es una disciplina más de las que precisa una organización para conseguir lo que se propone, que se complementa con todas las demás de operaciones, finanzas, ventas, marketing, desarrollo de personas, etc.

 

El ‘pensamiento estratégico’ es un concepto bien asentado en la gran empresa y de aplicación habitual, pero que casi no existe en las pymes. ¿Por qué pasa esto? ¿Cómo se podría revertirlo? ¿Es cuestión de ser más didáctico a la hora de explicar su necesidad?

El pensamiento estratégico lo considero un activo de gran valor para las empresas que lo incluyen en su dinámica. Las grandes empresas efectivamente disponen de un plan estratégico, si bien no todas tienen un pensamiento estratégico activo. Es decir, tener la estrategia siempre en la mente de sus directivos para tener la flexibilidad y la agilidad necesaria para adaptarse a las dinámicas del entorno, con la velocidad que requieren en la actualidad los mercados. Ese pensamiento estratégico activo, es parte fundamental en empresas y organizaciones que consiguen lo que se proponen.

En lo que se refiere a empresas medianas y pequeñas, aquellas que no tengan como práctica una estrategia bien definida puede ser debido a que siguen o copian lo que otras compañías hacen, intentando mejorarlo, por lo que seguir los movimientos de otros puede llevarlos a no articular una estrategia específica. No obstante, el no tener una estrategia escrita y seguir los impulsos de otros, ya es de por si una estrategia.

 

Tener primero una estrategia escrita ayuda a que todos los colaboradores de una organización entiendan mejor su aportación y se alineen hacia un mismo norte. Y segundo, tener una mentalidad de pensamiento estratégico ayuda a tener la flexibilidad para afrontar el futuro con mayores garantías de éxito. Y esto aplica tanto a grandes como a pequeñas compañías.

 

¿Cuáles son las claves de una buena estrategia empresarial?

Hay muchas teorías y libros al respecto. Por mi parte destacaría que una buena estrategia incluye una atención al entornos presente y futuro, el que pueda venir, en cuanto a tendencias que puedan afectar a mi mercado. Y a partir de ahí siguiendo el esquema definido por Lafley (ex CEO de Procter & Gamble) tener clara la Aspiración, luego decidir Dónde ejecutarla en lo que se refiere a productos, categorías de producto, geografías, luego definir Cómo vamos a ganar en los proyectos que acometamos, que ventaja competitiva tengo, para después entender que Capacidades tengo y cuales debo tener y ya definir los Sistemas de trabajo me van a permitir alcanzar mi aspiración.

 

¿Cuál sería el proceso -de forma resumida- para implementar una dirección estratégica en la pyme? ¿Es complejo?

Tendencias, Mercado y ya lo indicado en el apartado anterior de Aspiración, Dónde jugar, Cómo ganar, Capacidades necesarias y Sistemas de trabajo que seguiré.

 

El corto plazo cada vez está más presente en las acciones de los directivos, pero también sería necesaria una visión a más largo plazo. ¿Cómo se pueden conciliar estos dos horizontes temporales en una estrategia corporativa?

Haya que trabajar para gestionar ambos espacios, el Corto y el Largo. Los dos son importantes. El Corto para asegurar que tenemos futuro y el Largo para dar sentido al Corto. Es como conducir, donde se combinan las luces cortas y las luces largas, como nos enseñó el profesor del IESE José Segarra.

Se pueden conciliar creando espacios de pensamiento, en los que dedicar tiempo a ambos.

 

Según mi opinión, por supuesto muy personal, los avances tecnológicos están nublando la perspectiva estratégica en la dirección de las empresas. Lo digital, sin reflexión ni valoración, se ejecuta de forma indiscriminada en muchas pymes. ¿Cuál es tu opinión sobre esto? ¿Qué está pasando?

 

Creo que los avances tecnológicos nos proveen con herramientas muy útiles para ser más eficaces y eficientes en lo que hacemos.

Hay que abrazar la tecnología a mayor velocidad de lo que generalmente hacemos. Entender como nos puede ayudar. Centrarnos en lo que nos da y no en lo que nos quita. La evolución nos provee de herramientas nuevas para que las aprovechemos. El no hacerlo nos ralentiza.

 

Hace poco leí un post de Bob Hoffman en el que decía que la notoriedad (él la llama ‘fama’) de una empresa es más importante que el posicionamiento o la diferenciación a la hora de tener éxito. Es más, opina que no son el posicionamiento y la diferenciación los factores que hacen que la fama sea productiva, sino al revés, que es la fama la que crea intrínsecamente el tipo más fuerte de posicionamiento y diferenciación.

Yo tengo serias dudas sobre esto. ¿Cuál es tu opinión?

Respeto las opiniones de todos. Escuchemos y aprendamos de todos, pero confiemos en nuestra propia experiencia. Lo que cada uno hemos vivido en directo. Démosle valor.

Cada uno después de años de recorrido sabemos lo que nos ha dado el éxito y lo que no. Aprendamos del camino que hemos andado con nuestros propios pies. Cómo nos hemos diferenciado, cómo nos hemos posicionado, qué nos ha ayudado a dar mejores resultados. A partir de nuestra experiencia, dándole valor, reflexionando sobre ella, estaremos en mejores condiciones para afrontar el futuro con más garantías de éxito.

 

En tu blog hablas de la importancia de la experiencia del ‘pan sin corteza’. Me ha parecido muy ilustrativo y refleja la relevancia de estar siempre cerca del momento de consumo de tu producto. ¿Por qué esto es clave para cualquier directivo?

Tuve el privilegio de formar parte del equipo que llevamos el Bimbo Sin Corteza al mercado. Constatamos que los pequeños dejaban la corteza del pan de molde en el plato, por lo que arrancamos el proyecto que llevara a que los pequeños no dejaran nada del producto en el plato.

La inspiración vino de observar lo que ya se hacía en otros mercados como en Tenerife, donde tenían un pan similar hecho de forma muy tradicional y de ver lo que pasaba en los hogares en el momento del consumo del producto. Se trataba de entender todo el proceso del producto desde su fabricación hasta su consumo. Recomiendo experimentar como se consume el producto que fabriquemos porque seguro que será fuente de inspiración para futuros desarrollos.

 

¿Cómo ves el momento actual de las pymes españolas? ¿Qué crees que sería necesario para tener un tejido productivo y empresarial más fuerte y competitivo?

Reflexión estratégica más frecuente. Como mínimo cada mes, idealmente unas horas cada semana. Porque hay que situarse en el futuro que queremos. Porque el futuro va de escribirlo, no de leerlo. Tenemos que hacer que las cosas pasen, no que nos pasen. Pensar más en lo que aspiro a conseguir. Viajar. Estar en primera línea. Entender muy bien al consumidor, por qué nos compra y por qué no nos compra. Estar en contacto frecuente con clientes y consumidores y escuchar lo que piensan, no lo que dicen.

 

Has publicado un libro, ‘Enamorarse del Futuro’, donde compartes las experiencias vividas y aprendidas en tu carrera profesional. ¿Por qué ese título?

Porque es el primer paso para una buena estrategia, enamorarse del futuro. Porque es en el futuro donde van a pasar todas las cosas. La consecuencia de todo lo que decidamos hoy va a pasar en el futuro. Y el futuro es incierto. A pesar de la incertidumbre nos tiene que enamorar, nos tiene que apetecer, porque si no nos enamora y no nos apetece, todo lo que hagamos hoy puede ser un sin sentido. Lo que haría nuestro día a día más difícil. Tener un norte, tener un futuro te da energía. Y una buena estrategia es lo que hace: da energía a las organizaciones y nos da a energía a nosotros.

 

 

¿Estás tú mismo ‘enamorado del futuro’?

Estoy enamorado el futuro. Todo lo que hago hoy a nivel profesional y personal tiene sentido porque hay futuro. Me apetece escribir un futuro que está por escribir, que nadie ha vivido aún. Que no está escrito.

 

¿Qué van a encontrar los lectores en tu libro?

Comparto mis experiencias y aprendizajes para que pueda servir de inspiración tanto a líderes actuales como futuros. Los comentarios recibidos por muchos que lo han leído confirman que es fuente de inspiración.

 

¿Qué experiencias en la alta dirección destacarías y cómo las podrían aplicar otros directivos en sus empresas?

Sea cual sea la posición directiva que ostentes, dedica tiempo a estar en primera línea, a viajar para aprender de otros entornos, mantén conversaciones con personas de otros sectores y dedica tiempo a pensar.

 

Por último, me gustaría que compartieras tu visión sobre el futuro más cercano, el de los próximos años, desde la óptica de las empresas. La nuevas tecnologías, la IA, la robotización, el metaverso…¿Estamos asistiendo al nacimiento de una nueva era? ¿Dónde quedará el valor de las personas y su aportación a las empresas?

Me gusta pensar que el trabajo o el futuro será de las personas que se apoyen en la inteligencia artificial. Sí que cambiará el perfil de muchas posiciones, por eso el futuro no nos lo dará lo que tengamos sino los que sepamos crear y desarrollar a partir de las herramientas que tengamos. No va de tener sino de saber crear.

 

Saber más:

www.miquel-llado.com

 

 

 

 

Diferenciacion Posicionamiento o Fama

¿Es mejor la diferenciación y el posicionamiento de marca que la notoriedad?

Acabo de leer un antiguo post de Bob Hoffman (The Ad Contrarian) en el que plantea una interesante polémica dentro del mundillo del marketing.

Bob, al que suelo leer con cierta regularidad debido a su visión diferente del marketing y con un punto muy afilado, es defensor de la notoriedad (él la llama fama) como principal elemento de éxito de una marca en el mercado, por encima de otros factores. Si una marca consigue una gran notoriedad, sus posibilidades de ganarse al cliente son altas.

Por otra parte, un buen número de expertos en marketing apuestan por el posicionamiento y la diferenciación como los elementos fundamentales para sobresalir frente a la competencia. Y, es más, opinan que una notoriedad o fama sin diferenciación y posicionamiento es como una cáscara de nuez, vacía y sin valor.

Frente a eso, Bob argumenta que es realmente al revés, que es la notoriedad de marca (la fama) la que da sentido y contenido al posicionamiento y a la diferenciación. Cree que la diferenciación más poderosa para cualquier marca es ser la más famosa de su categoría, y que el mejor posicionamiento para cualquier marca es ser la más famosa de su categoría.

Y pone ejemplos concretos.

Mc Donalds/Burger King, Mercedes/BMW o Pepsi/Coca-Cola no son valorados por la narrativa de la marca comunicada por los departamentos de marketing de estas firmas. Los consumidores, dice Bob, no suelen diferenciar entre marcas de la misma categoría, y cree que estos reaccionan básicamente a las asociaciones de marca, como un símbolo, una imagen, una estética, un logo o una melodía. Todos distintivos, pero no lógicos, como la fama. Son elementos tangibles, no intangibles.

Confieso que este debate me ha atrapado.

 

¿Qué es lo fundamental para tener una marca apreciada y valorada?

Ciertamente, es complicado argumentar cuando existe un gran número de categorías de productos y servicios, miles y miles de marcas y otro tanto de perfiles de consumidores, por no hablar de diferencias geográficas o de mercados (B2B, B2C, B2B2C…). Generalizar un comportamiento homogéneo para todos los casos sería muy atrevido.

Lo que para mí es innegociable es el valor de construcción de una marca para la empresa. Sustentar esa marca en elementos tangibles como los que señala Bob, o intangibles, como pueden ser la confianza, la seguridad o la innovación, sería una decisión de cada organización. Pero detrás de una marca que aspire a tener reconocimiento siempre tiene que haber valores.

Por otro lado, está la diferenciación. Y creo que ser diferente, sin más, no aporta nada que conduzca inevitablemente al éxito. La lista de productos y marcas que centraron su estrategia exclusivamente en una gran diferenciación y fracasaron es muy larga. Podemos recordar modelos de automóviles con diseños imposibles que pasaron al olvido casi desde su lanzamiento, o aquel famoso híbrido de yogurt y helado que lanzó Danone hace unos años y que nació muerto. Todos muy diferentes a lo que había en el momento, pero sin éxito.

Y el posicionamiento, que es el resultado de todos los mensajes que recibe el consumidor de tu marca y de las demás y que luego las ubica mentalmente en una ‘posición’ respecto a las otras. En el posicionamiento influyen tanto los aspectos lógicos e ilógicos a los que se refería Bob, los tangibles e intangibles. Y cada consumidor tiene su propio mapa mental donde posiciona cada marca que retiene.

Llegados a este punto, creo que este es un debate estéril.

 

Diferenciación, posicionamiento y notoriedad…¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?

Se está intentando buscar el elemento fundamental del éxito de una estrategia de marketing, como si este éxito residiera solo en un único y esencial factor, cuando no es así.

Es cierto que una marca fuerte y con valores reconocidos, si no tiene una buena visibilidad, y por tanto no tiene ‘fama’, no llegará nunca a su público objetivo.

Y también que solo por visibilizar tu producto para que sea conocido por la audiencia no se consiguen ventas.

Por otro lado, si no consigues visibilidad, da igual lo diferente que seas, nunca lograrás posicionarte en la mente del cliente.

Lo que está pasando es que todos son conceptos interrelacionados. Solo se consiguen objetivos si estos factores se complementan de forma coherente. Y cuando digo coherente me refiero a que lo que llegue al mercado tenga sentido para este. Por eso es tan necesario saber por qué te compran tus clientes y por qué no te compran otros posibles clientes. Ahí están la diferenciación y el posicionamiento.

Apple puede que venda más gracias a una marca sustentada en elementos ‘no lógicos’ o ‘intangibles’, pero estoy seguro de que Gillette vende más porque sus productos son percibidos como técnicamente mejores que la competencia (factores ‘lógicos’ o ‘tangibles’).

Como señalé más arriba, es imposible generalizar a todas las categorías y sectores, cada uno tendrá sus propios valores de marca reconocidos, sean los que sean, los que les permite lograr un posicionamiento diferenciador en el mercado. En lo que sí coinciden Apple y Gillette es en tener una marca con una gran notoriedad, aunque en el fondo no sea la razón exclusiva ni principal de su éxito.

 

¿Conclusión?

Según mi opinión, cada empresa tiene que buscar su propio modo para que la marca que representa sea reconocida por su público objetivo, y que ese reconocimiento se traduzca en ventas, por supuesto.

Habrá casos en los que se tendrá que trabajar más la diferenciación en aspectos técnicos, otros en los que el factor emocional sea la clave y otros más en los que es posible que con una buena campaña de comunicación se consigan buenos resultados.

Los tres factores, posicionamiento, diferenciación y fama son como tres ingredientes para elaborar un plato en la cocina. Queremos que el plato sea atractivo para el comensal al que vamos a presentarlo. Dependiendo de cómo sea el comensal y la elaboración en la que estemos pensando (marca), utilizaremos cada uno de estos ingredientes, y otros muchos,  para lograr un plato atractivo que sea deseado.

Lo que si parece estar demostrado es que es complicado que solo con un ingrediente el plato pueda resultar exitoso.

Al fin y al cabo, hasta el propio Bob admite al final de su post que no hay nada en el marketing que sea blanco o negro, verdadero o falso. Todo lo que tenemos son probabilidades y probabilidades. Las marcas famosas tienen fracasos todo el tiempo. La fama no garantiza el éxito de una marca.

¿Tú qué opinas?

Puedes leer el post completo de Bob en este enlace (inglés):

 

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Tubular_Bells

Sueños, decepciones y éxitos.

Tubular Bells es un tema musical icónico que ya es parte de nuestra historia y de nuestras vidas. Y no solo por ser la banda sonora de El Exorcista.

Las hipnóticas notas que se repiten a lo largo y ancho de sus 45 minutos de duración fueron compuestas por Mike Oldfield cuando este tenía solo 17 años en un minúsculo cuarto y con unos medios muy escasos.

El sueño de Mike era poder hacer una maqueta y presentarla a los principales estudios de grabación y a las emisoras de radio británicas para darla a conocer. Sin embargo, después de casi 200 intentos en todo tipo de locales, llamando a las puertas y presentándose, la respuesta siempre era un NO:

 

¿Y quién eres tú? Nadie te conoce, solo eres un mocoso y hay miles como tú llamado aquí cada día?

 

Pero Mike, que ciertamente creía en su sueño, no desesperó.

 

Un día, paseando por Londres, entra en una pequeña tienda de discos y se presenta al dueño con la idea de hablarle de su tema musical. El dueño del local era un joven de 22 años llamado Richard Branson, y su tienda se llamaba Virgin Records, por lo de ser ‘virgen’ en esto de la música.

Resulta que Richard y Mike congeniaron rápidamente y, una vez escuchada la canción, se queda en la tienda, donde grupos de hippies y outsiders empiezan a oírla sentados en el suelo y, probablemente con alguna sustancia en el cuerpo no aconsejable para cualquiera.

Y Branson descubre que el tema no solo gusta, sino que se va haciendo famoso en el barrio donde está su tienda de discos. El boca-oreja en ese público de los años 70 tan especial hizo el resto.

Richard Branson, impresionado, reúne los ahorros que tiene para grabar Tubular Bells en un estudio en condiciones (de hecho, el tema necesitaba de varias pistas independientes para lograr el efecto que deseaba Oldfield).

 

¿Qué necesitas Mike? Dos guitarras, un sintetizador y varias campanas tubulares, respondió Oldfield.

 

De alguna manera, Branson sabía que había algo especial en esa composición, pero ¿le gustaría al gran público?

Una vez grabada, ambos siguieron el mismo recorrido que hizo antes Mike, con idénticos resultados. El sueño se desvanecía.

Como último recurso, Branson recurre a un DJ muy famoso en esa época en Londres (años 70) y se presenta en su emisora de radio, donde tenía un exitoso programa musical nocturno. Con este DJ no fue diferente la cosa.

 

¿Cuántos temas tiene el disco? ¿Solo uno? ¿Y dura 45 minutos? Mirad, yo pongo muchas canciones en mi programa y esto que me traes no tiene ni pies ni cabeza. Además, ¿quién eres tú? ¿Mike Olfield? ¡No te conoce nadie! Lo siento, pero NO.

 

Pero, una vez fuera, Mike deja sibilinamente el disco debajo de su puerta. Quién sabe…

 

Cada noche, Mike y Richard oían el programa con la esperanza de oír las notas de las campanas tubulares. Y nunca aparecían. Hasta una noche en la que, a través del receptor, ambos pudieron oír casi íntegramente todo el tema. ¡Lo habían conseguido!

En poco tiempo, Tubulars Bells empezó a ser un tema que estaba en todas las emisoras, todo el mundo hablaba de ella, las ventas de discos comenzaron a crecer. Crítica y público calificaron el disco como obra maestra. Hasta tal punto fue un éxito que propusieron a Mike Oldfield ofrecer un concierto.

Con más de 10000 entradas vendidas, Mike estaba más que asustado. Él no era un artista de directos, solo componía. Y únicamente Branson fue capaz de convencerle de que tenía que ir sí o sí. Y lo consiguió, aunque para ello tuvo que ofrecerle su coche a cambio, o eso dice la leyenda.

 

El resto es historia conocida.

 

El éxito final de Mike Oldfield y su Tubular Bells se cimentó en un producto innovador y muy diferente para la época, la obra de un genio desde luego, pero, además, contó con una fuerte fe en lo que estaba haciendo y en una lucha diaria por conseguir sus objetivos. Pico y pala y mucha resiliencia, algo de lo que hoy hablan todos.

Y por supuesto, un poco de suerte. Richard Branson apareció en el momento lugar precisos. No solo creyó también en el disco y en Oldfield, sino que hizo suyo el proyecto y luchó para conseguir que despegara (como despegarían años más tarde los aviones de Virgin Atlantic Airways).

Del sueño a éxito pasando por la decepción.

 

Como profesional de estrategia de negocio, he tenido la inmensa suerte de poder encontrar en mi camino con varios ‘Olfields’, personas con proyectos muy interesantes y viables que necesitaban de un ‘Branson’ para despegar en el mercado.

 

Estoy hablando de emprendedores que conocí en fase casi embrionaria y que hoy son empresas en crecimiento y consolidadas.

Y también de pymes que intentaban dar a luz un nuevo producto o servicio y no encontraban la forma de hacerlo. Y que también lo han conseguido.

Y hoy sigo como el primer día, compartiendo desafíos con muchos profesionales que arriesgan todo por lograr sus objetivos. Estar a su lado es un privilegio.

La estrategia empresarial, de la que no tienen por qué entender los que se dedican a crear un negocio o un nuevo producto, muchas veces obra la magia. Si, además se trabaja duro y se es persistente (cambiando cosas cuando hay que cambiarlas y apostando por lo que creemos que funciona), y con un poco de suerte añadida, lo normal es tener éxito.

Muchas veces los sueños no llegan a hacerse realidad porque no se confía en el proyecto de uno mismo, incluso teniendo entre manos algo que podría triunfar en el mercado. Cuando tienes a un ‘Branson’ a tu lado, con una visión estratégica más amplia, las posibilidades se multiplican.

La historia de Tubulars Bells es la historia de muchas pymes. Profesionales que unen esfuerzos para convertir sueños en realidades, con muchas decepciones en el camino. No hay otro camino.

Mi consejo: que nunca te quede la duda de lo que hubieras podido lograr o hasta donde hubieses llegado persiguiendo tu sueño; sencillamente, ponte a ello y lucha por conseguirlo.

 

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