3 + 3 grandes preguntas que siguen sin respuesta.

Recientemente se ha publicado un interesante libro que explora tres de los grandes misterios que todavía hoy, a pesar de los avances científicos en todos los campos, siguen sin tener una explicación clara y definitiva.

 

«Orígenes» intenta dar respuesta a tres grandes interrogantes que la humanidad siempre ha tenido presentes.

 

▶️ Alberto Fernández Soto, doctor en Ciencias Físicas en el CSIC es experto en cosmología observacional y en el estudio de los objetos más lejanos y antiguos del Universo. En este libro, intenta descifrar el origen de la materia y el tiempo, es decir, de todo lo que existe.

La hipótesis del Big Bang empieza a tener grietas en su formulación y sigue sin ofrecer una explicación al porqué existe la energía, la radiación, la materia o el tiempo, cuando lo más lógico es que no existiera absolutamente nada.

Qué provocó el comienzo de todo, por qué sucedió, qué condiciones existían antes o cómo se definieron las leyes de la física son temas que siguen sin respuesta.

 

▶️ Carlos Briones Llorente, doctor en Ciencias Químicas en la especialidad de Bioquímica y Biología Molecular e investigador científico en el Centro de Astrobiología afronta el reto de desentrañar el misterio del origen de la vida en nuestro planeta.

Durante mucho tiempo se han ofrecido distintas hipótesis para explicar cómo de algo inerte puede surgir materia orgánica y vida. Una transición de fase tan grande como lo es el surgimiento de la materia y el tiempo del vacío.

 

A pesar de todo lo que se ha avanzado, seguimos sin saber a ciencia cierta el proceso que tuvo lugar, si fue aleatorio o consecuencia de una evolución natural, qué elementos han intervenido, si ha habido influencia extraterrestre o si es algo que es consustancial a todo el universo.

 

▶️ Por su parte, el biólogo José María Bermúdez de Castro, profesor de investigación también en el CSIC, y desde 1991 codirector de las excavaciones de la sierra de Atapuerca analiza qué pasó hace miles de años para que una especie de homínidos muy primitivos y toscos adquirieran inteligencia y se convirtieran en los dominadores del planeta.

Tampoco está claro qué sucedió para que, entre los millones de especies que han poblado la tierra, algunas con millones de años de evolución, como los dinosaurios o los tiburones, absolutamente ninguna alcanzara el estatus de «inteligente».

¿Por qué el Homo Sapiens sí lo hizo? ¿Qué factores se pusieron en marcha para ello? ¿Fue algo casual? ¿Es algo que podría pasar en otros lugares del universo donde hay vida?

 

Tres grandes científicos ante tres de grandes misterios de siempre: el origen del universo, la vida y la humanidad.

 

 

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Por mi parte, he añadido tres preguntas adicionales que pienso que también son igual de trascendentes y que siguen esperando una explicación convincente.

 

1️⃣ La primera se refiere a lo que hay -si es que hay algo- después de la vida.

A pesar de los miles de años que llevamos preguntándonos acerca de este enigma, y de las muchas y variadas explicaciones que se han ido dando a lo largo de la historia, seguimos sin saber realmente qué sucede cuando morimos.

¿Existe la trascendencia? ¿Sobrevive algo que llamamos «alma»? ¿Somos solo materia y al fallecer nos disolvemos con el resto de la materia?

 

2️⃣ La segunda gran pregunta es la de saber si estamos solos en el universo o existen otras inteligencias en otros mundos.

Como dijo el escritor Arthur C. Clarke: «Hay dos posibilidades: o estamos solos en el universo, o no. Ambas son igual de aterradoras». Y estaba en lo cierto.

Yo personalmente creo que sería más aterrador, pensando en el tamaño inconcebible del Cosmos y los infinitos mundos que hay, descubrir que somos los únicos seres inteligentes que existen.

 

3️⃣ Y el tercer interrogante, relacionado con el primero y también con la cuestión del origen de la inteligencia es el de la naturaleza de la consciencia.

El estudio de la consciencia, que es la capacidad que tenemos las personas para reconocernos como seres independientes y distintos del resto e identificarnos con lo que somos, pensamos y hacemos, siempre ha sido un reto para científicos, filósofos y pensadores, como por ejemplo el neurocientífico Antonio Damasio .

Hoy las preguntas que nos hacemos siguen estando ahí…

 

🔸¿Qué es realmente la consciencia?

🔸¿Es un atributo exclusivamente humano?

🔸¿Dónde reside? ¿En el cerebro? ¿Es local o no local?

🔸¿Sobrevive a la muerte?

🔸¿Qué características tiene? ¿Cómo opera?

🔸¿Cuándo surge? ¿En el nacimiento? ¿Antes?

 

Tres interesantes preguntas que, a diferencia de las tres primeras que hablan sobre el origen de distintas cosas, es posible que la ciencia nunca pueda resolverlas definitivamente.

 

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Algunos os habréis preguntado, si habéis llegado hasta aquí, que me he olvidado de «la gran pregunta» que la humanidad también se ha hecho casi desde que tuvo la capacidad para cuestionarse sobre sí misma y lo que le rodeaba.

 

¿Existe Dios?

 

O, de modo más genérico…

 

¿Existe alguna entidad superior, eterna y no creada, que está detrás de todo lo que existe, incluidos nosotros?

 

Lo llamemos como lo llamemos, con religión o sin ella, esta eterna pregunta me temo que estará sin respuesta quizás hasta el fin de los días, o hasta que fallezcamos, momento en el que también podremos conocer la respuesta a la primera de las preguntas que he añadido en este artículo.

 

Y sí, me he dejado esta última pregunta para el final adrede. La razón es que es muy probable que la respuesta a esta única cuestión resolvería en la práctica las seis que he señalado.

 

Si existe ese Ser supremo, eterno y omnipotente, sería el responsable del origen del universo y, por ende, de la vida y la inteligencia. También ese Ser nos habría dotado de consciencia y, probablemente, no seríamos los únicos en el universo. Con toda seguridad, si somos tan especiales, una parte de nosotros sobreviviría después de la muerte, quizás para siempre, de forma individual o integrada en un todo.

 

Si por el contrario no existe esa entidad superior, todo lo que vemos, incluidos nosotros, somos el resultado de un proceso que no tiene ninguna significación especial. Sería muy raro que algo aleatorio tenga una razón de ser, menos aún una trascendencia.

 

Desde esta óptica, las preguntas seguirían estando ahí, aunque si sabemos que no hay una entidad suprema que ha puesto todo esto en marcha, las posibles respuestas, si las encontramos, tendrán un sentido muy distinto.

 

🔸 ¿Crees que algún día resolveremos todos estos interrogantes?

 

🔸 ¿Qué sorpresas nos esperan?

 

🔸 Las respuestas que encontremos…¿Darán lugar a nuevas y más enigmáticas preguntas?

 

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De tú a tú.

Verano…

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