Es el gran reto -y la gran oportunidad- de convertir tus sueños en realidad.
Muchas personas con responsabilidades en empresas y organizaciones ven pasar la vida si poder convertir sus aspiraciones y anhelos en algo real.
Eso no solo les limita como individuos, sino que impide que las empresas donde trabajan se desarrollen en todo su potencial.
Soñar abre la puerta a la experiencia, al propósito. Al Ikigai (del que ya hablé en otra ocasión).
¿Por qué entonces no convertimos esos sueños en acciones?
▶️Porque solemos tener creencias limitantes (no es posible, ya lo han intentado otros y fracasaron…).
▶️Porque la inmediatez nos hace desistir antes de tiempo (Es necesario gestionar correctamente el marco temporal de cualquier proyecto).
¿Qué necesitamos entonces para activar la acción y realizar los sueños?
🔸 Equilibrar la expectativa (lo que queremos) con nuestra capacidad (lo que podemos).
🔸 Creer en nosotros.
🔸 Tener habilidad para manejar la frustración y el fracaso, que sin duda aparecerán.
🔸Ser consciente de que habrá que superar muchas dificultades.
🔸Saber manejar la incertidumbre.
🔸Adaptarse a los cambios.
🔸 Aprovechar el autoconocimiento que vayamos adquiriendo.
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Uno de los objetivos que siempre me impongo en cada nuevo proyecto con un cliente es…
▶️ Ayudarle a descubrir el cambio que busca (y que necesita), su sueño.
▶️ Darle permiso para llevarlo a cabo.
▶️ Si consigo esto, que es el paso previo y necesario, ya habremos recorrido gran parte del camino que va desde el sueño a su realización.
Que no es poco.
✅Si tienes un sueño, persíguelo.
✅ Siempre será mejor fracasar en el intento -y aprender de ello- que vivir con la frustración de no haberlo intentado.
(Gracias una vez más a Antonio Bolinches, Álex Rovira y Francesc Miralles por su sabiduría e inspiración).