Acabo de leer un interesante artículo de Alexandre Asselineau, Gilles Grolleau y Naoufel Mzoughi, profesores de Burgundy of School of Business, ESSCA e Inrae en Marketing News. El tema que abordan es «el silencio» como herramienta para mejorar la gestión empresarial y, en especial, a los equipos en las organizaciones.
Los autores afirman que el silencio puede ser un formidable motor de rendimiento, con un impacto significativo en la creatividad, la innovación y la productividad de los directivos y empleados de la empresa.
El problema es que en la actualidad todas las organizaciones nos movemos dentro de una dinámica donde el ruido y la palabra son los que decoran nuestro día a día.
Reuniones -presenciales y online-, llamadas, emails, conversaciones entre los empleados…dentro de espacios abiertos donde es muy complicado concentrarse en el trabajo.
Todo lo cual impide que existan momentos de silencio que den la tranquilidad y el sosiego indispensables para poder trabajar, pero, sobre todo, para reflexionar y pensar.
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Siempre me ha despertado curiosidad todo aquello que tiene que ver con la psicología y el comportamiento humano. Creo que si somos capaces de entender cómo funciona nuestro cerebro, podemos aprovecharlo en nuestro beneficio, da igual que sea en la esfera personal o en la profesional.
Y, en el tema que nos ocupa, parece ser que aprovechar momentos de silencio tiene un enorme impacto positivo en nuestras vidas.
Por ejemplo, Mihaly Csikszentmihalyi, uno de los más importantes investigadores del mundo en el tema de la psicología positiva afirma que el silencio es esencial para la existencia humana y para el desarrollo de cualquier cosa que tenga valor.
Este psicólogo describe la sensación de «fluir» (Flow) como el hecho de sentirse completamente comprometido con la actividad por sí misma. Todo tu ser está allí, y estás aplicando tus facultades al máximo. Un estado que es difícil de alcanzar sin momentos de silencio.
Otros expertos afirman que el silencio en el trabajo puede facilitar la concentración, garantizar la privacidad y mejorar el bienestar de algunos perfiles psicológicos. En definitiva, el silencio ofrece muchas posibilidades para el crecimiento personal.
Y los profesionales del coaching están de acuerdo en que el silencio puede ayudar a las personas a reflexionar y a pensar de manera más profunda, lo que puede llevar a nuevas ideas y soluciones. Esta conclusión abre las puertas a considerar el silencio, al menos en ciertos momentos del día, como una herramienta útil en la organización del trabajo diario de las personas.
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¿Por qué el silencio puede ayudar en una estrategia de negocio?
Si consideramos que el silencio ayuda a concentrarse en el trabajo, contribuye a un pensamiento más profundo y reflexivo y permite un mayor grado de creatividad e innovación, tiene que ser capaz de hacer que las personas generen mayor valor en su actividad.
Por ejemplo, yo siempre he considerado que una buena parte del tiempo de un responsable en una empresa tiene que dedicarse a pensar.
El director general tiene que pensar de forma global en cómo lograr el crecimiento y la rentabilidad del negocio.
El director financiero debe reflexionar sobre cómo garantizar la salud financiera de la organización a medio y largo plazo.
El director de producción debería dedicar parte de su tiempo a analizar la capacidad de fabricación presente y futura y qué activos serán necesarios para asegurar el suministro.
El director de marketing también tiene que pensar si la empresa está conectando con su audiencia y generando valor al negocio.
Y lo mismo el resto de los responsables.
Pero también el resto de las personas tienen que buscar esos momentos de silencio y tranquilidad, espacios en los que no se dediquen solo a la gestión de su trabajo concreto, sino que puedan pensar en lo que hacen, en cómo lo hacen y en para qué lo hacen.
Probablemente, estos momentos para pensar den como resultado ideas, propuestas y mejoras que no hubiesen aparecido durante el ruido y el constante trajín que hay en cada negocio.
Ese tiempo que dedicamos a «pensar» en completo silencio no solo regenera nuestra mente, sino que nos permite imaginar escenarios y realidades que pueden aplicarse luego en nuestra estrategia de negocio, en el área de ventas, en el marketing, en las ventas o en cualquier otro área.
Esto me recuerda a las cápsulas de aislamiento sensorial que se han puesto de moda en algunas ciudades. Yo no las he probado, pero estudios realizados en algunas universidades han obtenido excelentes resultados, ya que la flotación estimula la creatividad, favorece la claridad intelectual y acelera el proceso de aprendizaje.
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¿Cómo reservar tiempos de silencio en una empresa?
Para facilitar que las personas puedan tener un tiempo de silencio para pensar y meditar se pueden habilitar espacios concretos para este fin, como se señala en el artículo. Un espacio donde no existe ruido y donde los empleados pueden dedicar parte de la jornada a esos momentos de silencio.
También permitir tiempos de desconexión más prolongados en contacto con la naturaleza, con el silencio como eje. Esto puede articularlo el área de RRHH.
Y, en el caso de que la organización tenga espacios abiertos, también es posible considerar un rediseño de estos, equilibrando la privacidad con las áreas comunes, pero, sobre todo, reduciendo los niveles de ruido, que no son pocos.
Algunos pensaréis que el silencio se contrapone a el diálogo o a la colaboración entre los empleados en una empresa, pero no es así.
Más bien, el silencio debe ser contrapunto al ruido habitual que hay en cualquier espacio de trabajo. Se trata de equilibrar ambas cosas y poder acceder a momentos de interacción o de silencio cuando se necesite.
Los autores del artículo lo reconocen…
No se trata de transformar las organizaciones en catedrales ni de proponer medidas que sean eficaces en todas partes y siempre. Se trata simplemente de abrir una perspectiva que, en muchos contextos, parece albergar un enorme potencial de oportunidades.
Así que sí, creo que el silencio puede ser una arma poderosa que os puede ayudar a generar nuevas ideas, sea cual sea tu función en la empresa.
A mí, los momentos de silencio que estoy dedicando desde hace algún tiempo me han permitido tener más tranquilidad en mi trabajo, tomar perspectiva sobre las cosas y conocer nuevas formas de enfocar los retos y problemas.
Que no es poco.
Si además de eso, resulta que eres más eficaz en tu actividad, qué más se puede pedir.
De hecho, Ollie Campbell, CEO y cofundador de Milanote, empresa australiana de software, ha calculado, por ejemplo, que introducir momentos de calma aumentó la productividad de la empresa en un 23%.
Te propongo que pruebes el poder del silencio, busca momentos de desconexión y sosiego, dedica tiempo a pensar…
Seguro que tus estrategias serán más creativas y sorprendentes.
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