¿Publicidad o Contenidos?

La eterna duda que atrapa a los empresarios, directivos…y marketeros.

Nada nuevo bajo el sol, como casi siempre. Estamos hablando de estrategias de marketing y comunicación que tienen como objetivo final, se consiga cuando se consiga, lograr más clientes, es decir, más ventas.

No nos engañemos, las empresas no están para enamorar a las personas, para ofrecerles experiencias inolvidables o para que lean con interés lo que les mandan. Están para ganar dinero. Si no son rentables desaparecen, así de simple.

 

Ahora bien…

¿Tenemos que conseguir clientes con inversión en publicidad -me da igual que sea online que offline- o es preferible generar contenidos de valor relacionados con la marca? Esta disyuntiva es la que se produce cuando pensamos en objetivos a corto plazo o a largo plazo.

Si lo que buscas es generar demanda rápidamente, porque lo necesitas o porque tu producto/servicio lo requiere, harás una publicidad muy directa enfocada a las ventas. Pero no estarás construyendo marca.

Si miras más a largo plazo y lo que quieres es ir consolidando tu marca en el sector para que tus potenciales clientes sepan identificarte frente a la competencia, entonces tienes que pensar en generar contenidos o mensajes que no dirijan al público a la compra, sino que les formen una idea mental de quien eres de forma más o menos permanente, ¡el posicionamiento de toda la vida, vamos!

 

¿Tienes que elegir entre ambas opciones?

¡Nooooo! Lo primero, nunca pierdas la noción básica del negocio: hay que ser rentables y ganar dinero. Y para eso tienes que pensar en el largo plazo, pero actuando en el corto.

Las empresas que gozan de posiciones de liderazgo o destacan en sus sectores combinan ambas fórmulas. Nunca olvidan la marca, que es la garantía de la supervivencia de la organización en el tiempo, pero hacen una publicidad constante, cuando por ejemplo hay un lanzamiento nuevo, una promoción u otra iniciativa relevante que necesite difusión.

Otra cosa es que la publicidad sea más emocional que racional. Está demostrado que trasmitir emociones en publicidad tiene más impacto y recuerdo de marca que la publicidad racional, la que ofrece un producto directamente. Y esta publicidad emocional es perfecta para combinar con una construcción de marca en el tiempo utilizando un marketing de contenidos. Es más, deben estar alineadas.

 

Por tanto, la duda no está entre publicidad o contenidos, sino en saber mirar al largo plazo a la vez que transitamos en el corto. Utilizar la herramienta adecuada en cada tiempo y ser siempre coherente con lo que representas como organización.

Los contenidos fijarán en el tiempo la imagen de tu empresa en las personas. Y la publicidad les hará llegar los mensajes que en cada momento necesites trasmitir. En ambos casos no estarás “haciendo amigos”, que no es lo que buscas, sino haciendo clientes que serán la base de tu crecimiento y rentabilidad como organización.

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