Cuidado con lo que comunicas… ¡y cómo lo comunicas!

“Se alquila casa rural para grupos con jacuzzi”.

Cuando hablo de comunicación siempre me acuerdo de este anuncio que vi pegado en una farola hace ya algún tiempo. Me paré con cara extrañada y no pude menos que sonreír al pensar en la gente que llamaría al teléfono de contacto preguntando “Somos un grupo, pero no tenemos jacuzzi. ¿Podemos alquilar la casa?”

Este ejemplo tan cómico como real ilustra la importancia que tiene el cuidado del lenguaje en comunicación. Y no es el único caso con el que me he encontrado. Basta leer estos anuncios callejeros, escuchar a algunos políticos, repasar los medios de comunicación o incluso leer algunas notas informativas para encontrarse con errores de bulto que, más que comunicar, lo que hacen es provocar el desconcierto, cuando no la burla.

Y es que muchas veces se pone el acento en lo que se quiere comunicar olvidando la importancia que tiene cómo hacerlo de manera correcta. Y no es difícil hacerlo bien si te ajustas a unas normas tan básicas como evidentes que, a pesar de ello, se pasan muchas veces por alto.

 

  • La más importante es “hacerte entender”. En otras palabras, que lo que comuniques pueda ser entendido sin interpretaciones alternativas por el público al que te diriges. ¿Por qué se empeñan muchas marcas de perfume en locutar sus anuncios en un perfecto francés? A mí personalmente me parece un error. A cambio de parecer más “elegante” se dicen cosas que casi nadie entiende (bien podrían llamarte “idiota” sin que te enteraras).

 

  • Claridad y sencillez. Lo que digas, dilo en las menores palabras posibles, utiliza un lenguaje claro y evita obviedades. (Una vez vi en el escaparte de una panadería “Hay pan del día”).

 

  • No solo adapta tu lenguaje al público al que te diriges. También al canal en el que lo comuniques. No es lo mismo un blog que un anuncio en prensa, ni un banner en una página web que una rueda de prensa. Cada medio tiene sus formatos, reglas y limitaciones.

 

  • Se veraz. Lo que comuniques tiene que ser cierto. Si no es así, puede volverse en tu contra, con el consiguiente daño a la marca y a la reputación empresarial. Si no eres ecológico, no lo digas. Si no eres el más avanzado, tampoco. Trasmite solo lo que puedas demostrar.

 

  • No utilices términos o expresiones que tú mismo no entiendas. Si ese es el caso, tampoco lo entenderá tu público. El abuso de anglicismos o expresiones complejas lo único que hacen es poner una barrera entre tu audiencia y tú.

 

  • No cometas errores gramaticales u ortográficos. Además de ofrecer una mala imagen, puedes cambiar el sentido del mensaje. No es lo mismo “Vamos a comer, niños” que “Vamos a comer niños”. Una sutil coma convierte una frase inocente en morbosa.

 

En realidad, son normas fáciles de seguir si se tiene un mínimo de atención y cuidado. Pero la falta de tiempo o el desconocimiento (no todos son expertos en marketing y comunicación) dan lugar a muchos errores. Con estos sencillos consejos podrás mejorar tu comunicación. Y si lo necesitas, siempre puedes contar con profesionales para ayudarte a conseguirlo.

(La próxima vez que veas en una óptica “Oferta: 2 pares de gafas completas por 99 €” pregúntate si una buena comunicación es necesaria o no).

 

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