Hay una cuestión que creo que en algún momento nos hemos planteado todos aquellos que estamos en el mundo empresarial. Una pregunta que nos hacemos, normalmente cuando las cosas no van como desearíamos en nuestra organización, y que parece que no tiene una respuesta fácil ni concreta.
¿Dónde reside el verdadero secreto del éxito de las empresas?
Muchos pensaréis… ¡la pregunta del millón! Y no, no es mi intención descubrir ese gran enigma, pues la respuesta no es sencilla ni única para todos. Pero, si repasamos algunos casos de éxito en empresas españolas conocidas podemos encontrar algunas claves del éxito, todas diferentes, aunque en esta cuestión cada uno tendrá su propia opinión, como es lógico.
Hay por ejemplo casos en los que es el empuje de una persona concreta la que está detrás de los logros de la organización. Personas como Juan Roig (Mercadona), Elon Musk (PayPal), Steve Jobs (Apple) o Isak Andic (Mango) son por si mismas las responsables de que sus empresas estén en lo más alto. Visión de negocio, generación de oportunidades, asunción de retos y rodearse del mejor equipo son algunas de las armas que han utilizado para conseguir sus objetivos. Pero por encima de todo, son personas excepcionales, y creo que triunfarían casi seguro en cualquier otro sector empresarial (véase Elon Musk con SpaceX y Tesla o Juan Roig con Lanzadera Corporate).
Pero no hace falta acudir a ejemplos de grandes empresas. Tenemos en España muchos pequeños empresarios y pymes que, dentro de su ámbito de actuación, también son exitosos. Gente que, con una panadería, un restaurante o una fábrica de embutidos están dando un ejemplo de una buena gestión y de saber ganarse un lugar en el mercado. En todos ellos, además de otros factores, está siempre una persona que es la que impulsa el negocio.
¿Podemos decir entonces que es una persona concreta la que está detrás del éxito empresarial? En muchos casos sí, aunque creo que no es una condición suficiente para lograrlo. Sin esa persona relevante probablemente no se hubiese llegado tan alto, pero para hacerlo, esta ha tenido que contar con otros factores cruciales.
Disponer de un equipo de personas que sean capaces de poner en marcha un proyecto empresarial es uno de estos factores clave. De nada sirve una gran visión de negocio o tener buenas ideas o si no eres capaz de ejecutarlas y hacerlas reales. Parece una perogrullada, pero cuantas veces hemos visto a directivos que priorizan el ahorro en costes de recursos humanos frente a la inversión en talento y capacidad. Si te fijas bien, las grandes organizaciones tienen siempre los mejores equipos que pueden permitirse. No solo eso, sino que atraen talento a través de atractivas carreras profesionales, espacios y modos de trabajo flexibles y una formación de alta calidad. L’Oreal por ejemplo recibe una media de 1 millón de currículums al año. ¿Por qué será? Otras muchas firmas siguen siendo polo de atracción de los mejores profesionales y a todas les une un común denominador: han situado a los empleados en el centro de su estrategia de negocio.
Parece que ya tenemos un binomio de éxito: una persona al frente de la empresa con capacidad y visión de negocio unida a un equipo cualificado y motivado. ¿Será suficiente con eso para lograr el éxito?
Poner en marcha al equipo: la innovación como meta.
Tenemos entonces a un equipo competente dirigido por un líder que cree en el proyecto y tiene la capacidad para ponerlo en marcha. Entre todos han analizado el mercado y están en pleno proceso de detección de oportunidades. Es cuando la innovación entra en escena.
Cuando se habla de innovación se suele asociar solo a tecnología o productos, y no es así. La innovación es un proceso que debe estar presente en toda la cadena de valor de la organización, desde el diseño de la estrategia previa o la compra de materias primas al servicio de atención al cliente. Se puede, y se debe innovar en cualquier etapa de la construcción de valor en la empresa. Por ejemplo…
- Innovar es desarrollar unos bocadillos horneables que mantienen su frescor durante 40 días protegidos por una atmósfera de CO2. (Bokatta).
- Innovar es entregar en el domicilio un pedido de supermercado virtual en menos de 10 minutos (Gorillas).
- Innovar es fomentar y premiar las nuevas ideas de los empleados que supongan mejoras en su día a día y que permiten optimizar tareas y procesos (Seat).
- Innovar es poner tu red logística al servicio de los pequeños productores para que puedan vender online sus productos (Correos Market).
- Innovar es crear un snack saludable basado en proteínas (Cherky Foods).
- Innovar es realizar una campaña de un nuevo producto invitando las empresas a un estreno de cine virtual (Tipsa).
- Innovar es desarrollar una aplicación de inteligencia artificial para que las clientas puedan ver cómo les quedan diferentes colores en el pelo (L’Oreal).
- Innovar es el nuevo etiquetado electrónico para el vino que a través de un código QR ofrece una completa información (en tu idioma) sobre la lista de ingredientes, la declaración nutricional y sobre la sostenibilidad del producto y el consumo responsable. (U-Label).
Innovar es, en definitiva, buscar nuevas formas de satisfacer mejor las necesidades de tus clientes. Y, como ves, se puede actuar en cualquier área de la organización.
Con la innovación como compañera de viaje y rodeados de personas involucradas en el proyecto, ya vamos muy encaminados hacia un posible éxito. Solo falta plasmarlo.
El plan estratégico y los recursos: la ruta, el vehículo y la gasolina.
De nada valen las ideas si no se traducen en planes y acciones concretas. Si queremos llegar a una meta, lo primero es establecer el camino que nos llevará a ella, las etapas que atravesaremos y los medios que serán necesarios. Será nuestro mapa.
Llegados a este punto siempre recomiendo que cualquier plan estratégico, sea sencillo o complejo, a corto o a medio plazo, para una pequeña empresa o para una más grande, sea asumible por todos. De nada vale marcarse unos objetivos ambiciosos si nunca vas a ser capaz de alcanzarlos, además de generar una enorme frustración en el equipo.
Diseña un plan a tu medida, adaptado a lo que puedes abordar y, eso sí, dótalo de los recursos humanos, materiales y económicos que sean necesarios para desarrollarlo. Reúne a tu equipo, organiza lo que tiene que hacer cada uno y ponlo en marcha. Algunas empresas forman un “grupo de seguimiento” del proyecto que hace las veces de supervisor de la marcha del plan. Creo que es muy interesante que exista, así nadie podrá eludir responsabilidades y se podrá monitorizar adecuadamente la evolución de las acciones que se realicen.
Con todo esto, en principio, ya cuentas con los factores necesarios para que tu empresa tenga buenas oportunidades de competir con éxito en el mercado. Habrás visto que son tres elementos fundamentales, personas, innovación y plan estratégico. Y aunque los tres son necesarios, no todos son tan críticos.
Las personas, englobando en ello al líder y su equipo son la parte fundamental. Si cuentas con las personas adecuadas (las mejores que puedas permitirte) has dado el paso más importante para cumplir los objetivos. Por otra parte, sin este factor, dará igual contar con el resto, lo más probable es que tengas enormes dificultades en llegar a la meta.
El segundo factor de éxito es la capacidad de innovación que puedas aportar en tu empresa. Con un buen equipo te será más fácil encontrar las oportunidades ocultas y valorar si son viables. Si eres capaz de innovar en algún área de tu negocio aportando algo valorable para tus clientes estarás en condiciones de competir con ventaja.
El último elemento es integrar todo en un esquema de trabajo (Plan Estratégico) que incluya todas las acciones que hay que realizar en el tiempo, los responsables y los recursos, sin olvidar ese “grupo de seguimiento”.
Entonces… ¿cuál sería la respuesta a la pregunta sobre la clave del éxito en las empresas?
Como señalé al principio, no hay una respuesta única. Pero lo que siempre hay detrás de los logros de muchas empresas, pequeñas o grandes, es una gran visión del negocio que puede ser resultado de la capacidad de una sola persona, de un equipo, o de ambos. Un proceso de innovación que se pone en marcha con el concurso de mucha gente y que tiene un plan perfectamente diseñado para hacerlo real. El éxito es en realidad una consecuencia esperable de las empresas que de forma natural tienen este “gen” inquieto e innovador que las impulsa a hacer cosas nuevas para ser diferentes, para avanzar, para evolucionar. Y aunque no dispongas de ese gen, siempre es posible desarrollarlo. Lo único que hay que tener es una mentalidad predispuesta, ganas de avanzar y potenciar los tres factores clave anteriores.
Es un buen ejercicio para cualquier pyme intentar detectar qué elementos se pueden utilizar para conseguir una propuesta diferente a lo que siempre se ha hecho. Si no cuentas con las personas adecuadas, la mejor inversión sería atraer el talento a tu organización o acudir a una consultora externa que te aporte una visión más objetiva y distinta a lo que ya conoces. El camino hacia el éxito no es fácil, ni corto. Es una carrera de maratón que requiere mucho entrenamiento y constancia. La ecuación personas + innovación + estrategia siempre tiene un resultado positivo, solo hace falta ponerse en marcha y creer en ello.
¿Cómo ves las posibilidades de éxito en tu organización? ¿Tienes alguno de los factores que ayudan a conseguirlo? ¿Crees que existen otros elementos críticos que también contribuyen a los logros empresariales?
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